lunes, 13 de octubre de 2025

Donde se abandona a los niños como un fardo enojoso

«Tonet veía ante él un camino interminable, infinito, y sentía que las fuerzas le abandonaban. Nunca llegaría a las calles de la ciudad, desiertas al amanecer, a los portales de las iglesias, donde se abandona a los niños como un fardo enojoso. Era fácil desde el Palmar, en la soledad silenciosa del dormitorio, decir: "Tonet, haz esto"; pero la realidad se encargaba después de ponerse delante con sus obstáculos infranqueables».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Torno y puerta del Hospital. 1964

Calle de Quevedo

Subida por Elisa Ortiz a VAHG

sábado, 11 de octubre de 2025

¡Y aquel llanto desesperado, escandaloso, que cada vez era más fuerte...!

«Ya estaba lejos del Palmar, pero aún le faltaba más de una hora para llegar al Saler. De allí a la ciudad, otras dos horas largas de camino. Tonet miró al cielo: debían ser las tres. Antes de dos horas surgiría el alba y el sol estaría ya en el horizonte cuando llegase él a Valencia. Además, pensaba con terror en la larga marcha por la huerta de Ruzafa, vigilada siempre por la Guardia Civil; en la entrada en la ciudad bajo la mirada de los del resguardo de Consumos, que querrían examinar el paquete que llevaba bajo el brazo; en las gentes que se levantaban antes del amanecer y le encontrarían en el camino, reconociéndolo. ¡Y aquel llanto desesperado, escandaloso, que cada vez era más fuerte y constituía un peligro aun en medio de la soledad de la Albufera…!».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de TVE "Cañas y barro"

jueves, 9 de octubre de 2025

Esa virginidad que tendrá la novela valenciana que escribí con grandísimo entusiasmo

«Y puedo deciros que la novela valenciana es la que he hecho con más entusiasmo, porque al mismo tiempo que hacía vivir al artista, había en torno a mí algo, un ambiente de familia, algo sincero e íntimo que debo confesar no he encontrado cuando hacía otras novelas, otras novelas que he hecho con más maestría, con lo que llaman los franceses métier, conociendo mejor mi oficio, no con la inexperiencia de cuando joven, pero que no tendrán la frescura, esa virginidad que tendrá la novela valenciana que escribí con grandísimo entusiasmo».

Valencia y lo valenciano

Fragmento del discurso pronunciado por Don Vicente Blasco Ibáñez en Valencia el 16 de mayo de 1921, en agradecimiento por el nombramiento de Director Honoris Causa del Centro de Cultura Valenciana



Homenaje a "La barraca"

Calle de La barraca

Semana de homenaje a Blasco Ibáñez. Mayo 1921





martes, 7 de octubre de 2025

Perchaba furiosamente, como espoleado por los lloros del recién nacido

«Arrojó en el fondo de su barquito el paquete de ropas, del cual comenzó a salir un llanto desesperado, rabioso, y cogiendo la percha, pasó el canal con una velocidad loca. Perchaba furiosamente, como espoleado por los lloros del recién nacido, temiendo ver iluminadas las ventanas de las casas y que las sombras de los curiosos le preguntasen adónde iba.

Pronto dejó atrás las viviendas silenciosas del Palmar y salió a la Albufera.

La calma del lago, la penumbra de una noche tranquila y estrellada, pareció darle valor. Arriba el azul obscuro del cielo; abajo el azul blanquecino del agua, conmovido por estremecimientos misteriosos que hacían temblar en su fondo el reflejo de las estrellas. Chillaban los pájaros en los carrizales y susurraba el agua con el coleteo de los peces persiguiéndose. De vez en cuando confundíase con estos rumores el llanto rabioso del recién nacido».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de TVE "Cañas y barro"

domingo, 5 de octubre de 2025

—¡Tonet… en seguida… empòrtatelo!

«La tía, temblando, con la cabeza perdida, sin darse cuenta de sus actos, presentaba a Tonet un envoltorio de ropas, dentro del cual se revolvía un pequeño ser, sucio, maloliente, con la carne amoratada.

Neleta, al ver próximo a ella al recién nacido, hizo un gesto de terror. ¡No quería verlo: temía mirarlo! Se tenía miedo a sí misma, segura de que si fijaba un instante la vista en él, renacería la madre y le faltaría valor para dejar que se lo llevasen.

—¡Tonet… en seguida… empòrtatelo!

El Cubano dio sus instrucciones rápidamente a la vieja y bajó para despedirse de los labradores, que ya dormían. Fuera de la taberna, por la parte del canal, la vieja le entregó el animado paquete a través de una ventana del piso bajo».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de TVE "Cañas y barro"


viernes, 3 de octubre de 2025

Lo más difícil había pasado ya: ahora le tocaba a él. A ver si mostraba coraje

«Y siguieron hablando, sin prestar atención a los pasos de la vieja que iban de un lado a otro apresuradamente, haciendo temblar el techo. Pasada media hora, cuando Tonet creyó que todos habían olvidado el incidente, volvió a subir al dormitorio. Algunos labradores cabeceaban, dominados por el sueño.

Arriba vio a Neleta tendida en el lecho, blanca, pálida, inmóvil, sin más vida que el brillo de sus ojos.

—¡Tonet… Tonet! —dijo débilmente.

El amante adivinó en su voz y en su mirada todo lo que quería decirle. Era una orden, un mandato inflexible. La fiera resolución que tantas veces había asustado a Tonet volvía a reaparecer en plena debilidad, después de la crisis anonadadora. Neleta habló lentamente, con una voz débil como un suspiro lejano. Lo más difícil había pasado ya: ahora le tocaba a él. A ver si mostraba coraje».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de TVE "Cañas y barro"

miércoles, 1 de octubre de 2025

La vio en camisa, pálida, las facciones desencajadas, oprimiéndose los riñones con ambas manos

«La vio en camisa, pálida, las facciones desencajadas, oprimiéndose los riñones con ambas manos y con una expresión de locura en los ojos. El dolor la hacía olvidar la prudencia, y lanzaba rugidos que asustaban a su tía.

—¡Te van a oír! —exclamaba la vieja.

Neleta, sobreponiéndose al sufrimiento, se ponía los puños en la boca o mordía las ropas de su cama para ahogar los gemidos.

Por consejo de ella, Tonet bajó a la taberna. Nada había de remediar permaneciendo arriba. Acompañando a aquellos hombres, distrayéndolos con su conversación, podía impedir que oyesen algo que les infundiera sospechas.

Tonet pasó más de una hora calentándose en el rescoldo de la chimenea, hablando con los labradores de la pasada cosecha y de las magníficas tiradas que se preparaban. Hubo un momento en que se cortó la conversación. Todos oyeron un grito desgarrado, salvaje: un chillido semejante al de una persona asesinada. Pero la impasibilidad de Tonet los tranquilizó.

—L’ama está un pòc mala —dijo».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de TVE "Cañas y barro"