miércoles, 30 de septiembre de 2020

Separábanse en el puente del Real

«Separábanse en el puente del Real: ella, hacia el mercado en busca de su madre; él, a conquistar poco a poco el dominio de las ciencias eclesiásticas, en las cuales tenía la certeza de que jamás llegaría a ser un prodigio. Y apenas terminaba su comida en las alamedas de Serranos, en cualquier banco compartido con las familias de los albañiles, que hundían sus cucharas en la humeante cazuela de mediodía, Visantet, insensiblemente, se entraba en la ciudad, no parando hasta el mercadillo de las flores, donde encontraba a Toneta atando los últimos ramos y a su madre ocupada en recontar la calderilla del día».

Noche de bodas

Cuentos valencianos

Vicente Blasco Ibáñez

Puente del Real
 
Blanco y negro. Tivoli

Cortesía de José Navarro Escrich

 

lunes, 28 de septiembre de 2020

Sus esbeltas torres, su Miguelete rojizo. Vídeo

«Y juntos los dos, por atajos que ellos conocían, marchaban hacia Valencia que, por encima del follaje de la alameda, marcaba en las brumas del amanecer sus esbeltas torres, su Miguelete rojizo, cuya cima parecía encenderse antes que llegasen a la tierra los primeros rayos del sol».

Noche de bodas

Cuentos valencianos

Vicente Blasco Ibáñez


Plaza de la Virgen. Años 60

¿Coloreada?

http://plazasdevalencia.blogspot.com/2010/01/plaza-de-la-virgen-en-1960.html




sábado, 26 de septiembre de 2020

Había de devorar en las alamedas de Serranos

«Pendiente de su diestra, en grasiento saquillo, lo que entre clase y clase había de devorar en las alamedas de Serranos; medio pan moreno con algo más que, sin nutrirle, engañaba su hambre: y cruzado sobre el pecho, a guisa de bandolera, el enorme pañuelo de hierbas envolviendo los textos latinos y teológicos que bailoteaban a su espalda como movible joroba».

Noche de bodas

Cuentos valencianos

Vicente Blasco Ibáñez


Alameditas de Serranos

VAHG

jueves, 24 de septiembre de 2020

En el que se cultivaban las flores como si fuesen legumbres

«Veíase pequeño y haraposo en el huerto de la siñá Tona, aquel hermoso campo cercado de encañizadas, en el que se cultivaban las flores como si fuesen legumbres. Recordaba a Toneta greñuda, tostada, traviesa como un chico, haciéndola sufrir con sus juegos, que eran verdaderas diabluras, y después el rápido crecimiento y el cambio de suerte: ella a Valencia todos los días, con sus cestos de flores, y él al Seminario, protegido por doña Ramona, que en vista de su afición a la lectura y de cierta viveza de ingenio, quería hacer un sacerdote de aquel retoño de la miseria rural».

Noche de bodas

Cuentos valencianos

Vicente Blasco Ibáñez



Fallera valenciana. 1906

https://valenciablancoynegro.blogspot.com/2011/08/

martes, 22 de septiembre de 2020

Corría el vino, se alegraba la gente y sonreía la madrina

«Era aquello un banquete de bodas. Corría el vino, se alegraba la gente y sonreía la madrina con las bromas trasnochadas de sus compañeros de mesa, aquellas tres moles que desbordaban su temblona grasa por el alzacuello desabrochado y el roce de cuyas sotanas hacía enrojecer de satisfacción a la bendita señora».

Noche de bodas

Cuentos valencianos

Vicente Blasco Ibáñez




Banquete de celebración de la Primera Misa de un sacerdote

Puzol. Valencia. 4 de diciembre de 1960

Todocolección

domingo, 20 de septiembre de 2020

Fuera del bacalao y las sardinas

«La comida dio que hablar en el pueblo. 

Seis onzas, según cálculo de las más curiosas comadres, debió de gastarse la buena doña Ramona para solemnizar la primera misa del hijo de sus arrendatarios. 

Era una satisfacción ver en la casa más grande del pueblo aquella mesa interminable cubierta de cuanto Dios cría de bueno en el mundo, fuera del bacalao y las sardinas, y contemplar en torno de ella una concurrencia tan distinguida. Aquello era todo un suceso, y la prueba estaba en que al día siguiente saldría en letras de molde en los papeles de Valencia».

Noche de bodas

Cuentos valencianos

Vicente Blasco Ibáñez


Salazones Bonanad

Vicente Carrión

viernes, 18 de septiembre de 2020

A recoger estiércol con el capazo a la espalda

«Los más le habían tirado de la oreja por ser mayores; otros habían jugado con él a las chapas, y todos le habían visto ir a Valencia a recoger estiércol con el capazo a la espalda, o arañar con la azada esos pequeños campos de nuestra vega que dan el sustento a toda una familia».

Noche de bodas

Cuentos valencianos

Vicente Blasco Ibáñez



El femater

J. Laurent. 1870

miércoles, 16 de septiembre de 2020

A recoger como oro los nauseabundos residuos de la ciudad

«Acostumbrados los más de ellos a recoger como oro los nauseabundos residuos de la ciudad, a revolver a cada instante en sus campos los estercoleros, en los cuales estaba la cosecha futura, su olfato estremecíase con intensa voluptuosidad, halagado por las frescas emanaciones de las rosas y los claveles, los nardos y las azucenas, a las que se unía el oriental perfume del incienso. Sus ojos turbábanse con el incesante centelleo de aquel millar de estrellas rojas, y les causaba extraña embriaguez el dulce lamento de los violines, la grave melopea de los contrabajos, y aquellas voces que desde el coro, con acento teatral, cantaban en un idioma desconocido, todo para mayor gloria del hijo del Bollo».

Noche de bodas

Cuentos valencianos

Vicente Blasco Ibáñez 



El femater

Todocolección

lunes, 14 de septiembre de 2020

La siñá Tona y su hija, famosas floristas

«Era antigua la amistad entre la familia de los Bollos y la siñá Tona y su hija, famosas floristas que tenían su puesto en el mercado de Valencia, y nada más natural que las dos mujeres hubiesen pasado a cuchillo su huerto, matando la venta de una semana para celebrar dignamente la primera misa del hijo de la siñá Pascuala».

Noche de bodas

Cuentos valencianos

Vicente Blasco Ibáñez 




Puesto de venta de flores

Actual plaza del Ayuntamiento

VAHG

 

sábado, 12 de septiembre de 2020

Fue aquel jueves, para Benimaclet, un verdadero día de fiesta

«Fue aquel jueves, para Benimaclet, un verdadero día de fiesta. 

No se tiene con frecuencia la satisfacción de que un hijo del pueblo, un arrapiezo, al que se ha visto corretear por las calles descalzo y con la cara sucia, se convierta, tras años y estudios, en todo un señor cura: por esto, pocos fueron los que dejaron de asistir a la primera misa que cantaba Visantet, digo mal, don Vicente, el hijo de la siñá Pascuala y el tío Nelo, conocido por el Bollo».

Noche de bodas

Cuentos valencianos

Vicente Blasco Ibáñez 



 Día de fiesta en Benimaclet

 http://benimacletconta.com/

 

jueves, 10 de septiembre de 2020

La gente de Nazaret ha roto hostilidades, y a miles se lleva prisioneros a los nuestros

«—¡Animal! —le gritaba el pececillo junto a una agalla—. ¡Animal, despiértate ! 

—¡ Eh! —exclamaba el reig entre dos ronquidos con su bronca voz de borracho. 

Que te despiertes. Hay por ahí un Belén de mil demonios. La gente de Nazaret ha roto hostilidades, y a miles se lleva prisioneros a los nuestros. 

—Allá vosotros. Eso va con la morralla y no con personas de mi clase.

—Es que para ti también hay. Por arriba va la barca del Toto explorando, y si ha oído tus ronquidos, ahora mismo tienes aquí el bolichó de cuerdas, y mañana estás en la pescadería hecho cincuenta cuartos».

La apuesta del "esparrelló"

Cuentos valencianos

Vicente Blasco Ibáñez


Esperando la llegada de las barcas  del "bou", en la playa de Nazaret

Mundo Gráfico

martes, 8 de septiembre de 2020

El río arrojaba en el mar su agua arcillosa fría

«Había llovido fuerte allá por las montañas de Teruel: el río arrojaba en el mar su agua arcillosa fría, y todo, el golfo teñíase de un amarillo rabioso, que a lo lejos debilitábase hasta tomar tonos de rosa. La estrecha faja verde que recortaba el límite del horizonte delataba que era un mar lo que parecía inundación de tisana».

La apuesta del "esparrelló"

Cuentos valencianos

Vicente Blasco Ibáñez


Playa de Nazaret. Desembocadura del Turia

Fondo Huguet

El puente de Astilleros. Inmaculada Aguilar Civera

Subida por Carlos Tárrega Momblanch a VAHG

domingo, 6 de septiembre de 2020

Nazaret, con su extenso rosario de blancas casuchas

«Nazaret, con su extenso rosario de blancas casuchas, estaba a nuestras espaldas, y a mi lado un viejo pescador, momia acartonada, que parecía bailar dentro de su traje de baveta amarilla, hinchado de aire. Echábase la gorrilla de seda sobre una oreja y chupaba su pipa con la gravedad de un moro, en cuclillas, trazando con la mano, como un manojo de sarmientos, complicados arabescos en la arena».

La apuesta del "esparrelló"

Cuentos valencianos

Vicente Blasco Ibáñez


Vista general de Nazaret

Todocolección

viernes, 4 de septiembre de 2020

Los carritos y las caballerías enjaezadas

«A las diez de la noche quedaba ya poca gente en casa de los novios. 

Desde el anochecer, que comenzaron a salir del establo los carritos y las caballerías enjaezadas, la mayoría de los convidados emprendía el regreso a sus pueblos, cantando a grito pelado y deseando a los novios una noche feliz».

La cencerrada

Cuentos valencianos

Vicente Blasco Ibáñez



Grupa valenciana

Todocolección

miércoles, 2 de septiembre de 2020

Y se sacaron del estudi las tortadas, los pasteles y las tortas finas

«Llegaron los postres con el famoso vino de la bota del rincón , y se sacaron del estudi las tortadas, los pasteles y las tortas finas. 

Como moscas salieron del corral todos los chicuelos, con el pecho y la cara embadurnados de arroz y grasa, yendo a meterse entre las rodillas de sus madres, sin quitar ojo de los postres tentadores».

La cencerrada

Cuentos valencianos

Vicente Blasco Ibáñez



Merienda en Valencia

Todocolección