domingo, 30 de abril de 2017

Que, antes del amanecer, ya estaba en el mercado

«Los que compraban las hortalizas al por mayor para revenderlas conocían bien a esta mujercita que, antes del amanecer, ya estaba en el mercado de Valencia sentada en sus cestos, tiritando bajo el delgado y raído mantón. Miraba con envidia, de lo que no se daba cuenta, a los que podían beber una taza de café para combatir el fresco matinal. Y con una paciencia de bestia sumisa esperaba que le diesen por las verduras el dinero que se había fijado en sus complicados cálculos para mantener a Toni y llevar la casa adelante.»

La barraca

Vicente Blasco Ibáñez


Plaza del Mercado

Todocolección

sábado, 29 de abril de 2017

Sin miedo a guardas ni multas

«Aquéllas fueron las épocas buenas; y cuando el tío Paloma las recordaba con su voz cascada de anciano en las tertulias de la taberna de Cañamèl, la gente joven se estremecía de entusiasmo. Se pescaba y cazaba al mismo tiempo, sin miedo a guardas ni multas. Al llegar la noche volvía la gente a casa con docenas de conejos cogidos con hurón en la Dehesa, y a más de esto, cestas de pescado y ristras de aves cazadas en los cañares. Todo era del rey, y el rey estaba lejos. No era como ahora, que la Albufera pertenecía al Estado (¡quién sería este señor!) y había contratistas de la caza y arrendatarios de la Dehesa, y los pobres no podían disparar un tiro ni recoger un haz de leña sin que al momento surgiese el guarda con la bandera sobre el pecho y la carabina apuntada.»

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez


La Albufera. Siglo XIX

Litografía de Antonio Pascual  y Abad

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viernes, 28 de abril de 2017

Justificaba su título vulgar de "paseo de los desesperados"

«Emprendieron los dos la marcha hacia las Alameditas de Serranos, paseo habitual de don Eugenio. Por el camino hablaba el viejo de su situación con tono melancólico; pero sus quejas eran vagas. Llegaron al paseo: una ancha faja de jardín en la orilla del río, exuberante de vegetación, pero tan sombría, que justificaba su título vulgar de "paseo de los desesperados".»

Arroz y tartana

Vicente Blasco Ibáñez



Alameditas de Serranos. 1962

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jueves, 27 de abril de 2017

Fueron entrando en el puente del Mar

«Oíase, cada vez más próximo, un indolente cascabeleo, y una tras otra fueron entrando en el puente del Mar cuatro tartanas, arrastradas por horribles jamelgos, que parecían sostenerse por los tirones de riendas de los tartaneros, encogidos en sus asientos y con el tapabocas arrollado hasta los ojos.»

Flor de mayo

Vicente Blasco Ibáñez


Puente del Mar

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miércoles, 26 de abril de 2017

Como si hubiesen perdido el equilibrio

«Así iban adelantando las tartanas en perezosa fila, cabeceando, inclinadas a un lado, como si hubiesen perdido el equilibrio, hasta que de pronto, en el primer bache, se acostaban sobre la otra rueda con la violencia de un enfermo fatigado que muda de posición.»

Flor de mayo

Vicente Blasco Ibáñez


La Alameda. 1888

Realizada por A. Esplugas durante la visita de la reina María Cristina

Bivaldi

martes, 25 de abril de 2017

El tío Paloma era un tirador prodigioso

«El tío Paloma era un tirador prodigioso. Los embusteros del lago mentían a sus expensas, llegando a afirmar que una vez había muerto cuatro fúlicas de un tiro. Cuando quería halagar a un personaje mediano tirador, se colocaba tras el en la barca y disparaba al mismo tiempo con tal precisión, que las dos detonaciones se confundían, y el cazador, viendo caer las piezas, se asombraba de su habilidad, mientras el barquero, a sus espaldas, movía el hocico maliciosamente.»

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



La Albufera. Embarque de cazadores

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lunes, 24 de abril de 2017

Las Fiestas de San Vicente Ferrer según Blasco. Y 05

«En la plaza de la Constitución vio a don Eugenio, que miraba de lejos el milacre, apoyado en el viejo bastón y mostrando su carita de pascua por el embozo de su capa azul, que no abandonaba hasta bien entrado el verano.»

Arroz y tartana

Vicente Blasco Ibáñez




http://liturgia.mforos.com/

Aparecía la humeante paella, vasto redondel de arroz. Vídeo

«En los domingos y fiestas de santos valencianos, que eran los primeros del cielo para el tío Caragol —San Vicente Mártir, San Vicente Ferrer, la Virgen de los Desamparados y el Cristo del Grao—, aparecía la humeante paella, vasto redondel de arroz, sobre cuya arena de hinchados granos yacían despedazadas varias aves. El cocinero sorprendía a su gente repartiendo cebollas crudas, voluminosas, de acre perfume que arrancaba lágrimas y una blancura de marfil. Eran un regalo de príncipe mantenido en secreto. No había mas que quebrarlas de un puñetazo para que soltasen su viscosidad, y luego se perdían en los paladares como bocados crujientes de un pan dulce y picante, alternando con las cucharadas de arroz.»

Mare Nostrum

Vicente Blasco Ibáñez



Las Fiestas de San Vicente Ferrer según Blasco. 04

«Entre una y otra representación tocaban las músicas alegres polcas, y la granujería de siempre, agarrada de un modo repugnante, improvisaba academias de baile en las aceras, chocando muchas veces contra las mesas donde las buenas mozas de vestido almidonado, pañuelo de seda y cara bravia vendían garbanzos tostados, orejones y ciruelas pasas.»

Arroz y tartana

Vicente Blasco Ibáñez




Porrat en la Festividad de San Vicente de la Roqueta


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domingo, 23 de abril de 2017

Las Fiestas de San Vicente Ferrer según Blasco. 03

«La multitud agolpábase ante los altares para oír mejor a los actores, granujillas del barrio, roncos de tanto vocear los versos, orondos en sus trajes de ropería; orgullosos de lucir el bonete con pluma y tirar de la espada cuando lo requería el _milacre_; y era de ver la atención con que escuchaba la predicación de San Vicente, representado siempre por un muchacho paliducho, pedante y melancólico, y las carcajadas con que celebraba las majaderías del motilón, personaje bufo que pasaba el tiempo tragando pan, sorbiendo rapé, sonándose las narices en un pañuelo como una sábana y agujereado como una criba, y diciendo estupideces subidas de color, todo para mayor edificación de los devotos del santo. Un mar de cabezas agitábase ante aquellas plataformas que recordaban el teatro primitivo, lo mismo el tablado de Esquilo que la carreta de Lope de Rueda.»

Arroz y tartana

Vicente Blasco Ibáñez



Altar del Mercat

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Las Fiestas de San Vicente Ferrer según Blasco. 02

«Abajo, la plataforma del escenario, donde se representaban los milacres, piezas dramáticas, cándidas y sencillas como sus versos lemosines, cuyo argumento, girando en torno del mismo punto, trata siempre de las querellas feudales entre Centelles y Vilaraguts, de la conversión de los moros de Granada o de alguna treta de los impíos contra el elocuente apóstol, todo sazonado al final con el necesario milagro del santo y el correspondiente sermón en endecasílabos.»

Arroz y tartana

Vicente Blasco Ibáñez



La Pau de Déu. 1962

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sábado, 22 de abril de 2017

Las Fiestas de San Vicente Ferrer según Blasco. 01

«La fiesta del santo popular verificábase con el aparato de costumbre. En los puntos más céntricos de la ciudad habíanse levantado los «altares», enormes fábricas de madera y cartompiedra que llegaban a los tejados, con decoración gótica o corintia, erizados de mecheros de gas, y en su parte media la repisa, en la que se ostentaba el diplomático de Caspe con su hábito de dominico y un dedo en alto entre cirios y flores.»

Arroz y tartana

Vicente Blasco Ibáñez



http://rec.mestreacasa.gva.es/

viernes, 21 de abril de 2017

La Pascua según Blasco. Y 06

«Las personas mayores la emprendieron con el dulce, y el señor Cuadros descorchó frascos de licor de colores vivos e infernales, que hacían retorcer el estómago. Las copitas de color rosa besaban las bocas, dejando en los rojos labios de las jóvenes adorables gotitas de azúcar líquido.»

Arroz y tartana

Vicente Blasco Ibáñez


La Ilustración Artística. 30 de mayo de 1910

jueves, 20 de abril de 2017

La Pascua según Blasco. 05

«Cuando se hacía momentáneamente el silencio en el comedor, oíase cómo se regocijaba fuera la plebe; el rasgueo de la guitarra, el estallido de los cohetes, el cacareo de las mujeres; y algunas veces el estruendo venía de abajo, de la cocina, donde sonaban el vozarrón de Nelet y las corridas medrosas de las criadas, con chillidos de protesta débil. También allí partían huevos.»

Arroz y tartana

Vicente Blasco Ibáñez


Las Provincias. 7 de abril de 1931

miércoles, 19 de abril de 2017

La Pascua según Blasco. 04

«La concurrencia se atracaba de huevos cocidos. Partíanlos en la frente del vecino, a pesar de las muchas precauciones que se adoptaban para evitar esta broma tradicional; y eran de ver las señoritas tapándose la cara con las manos, chillando como gallinas asustadas, por miedo a que les golpeasen encima de las cejas, y los aplausos y vivas con que se acogía la travesura de alguna joven cuando era ella la que agredía a los audaces pollos.»

Arroz y tartana

Vicente Blasco Ibáñez



Playa de Levante

Cortesía de Tequín Iglesias


martes, 18 de abril de 2017

La Pascua según Blasco... 03

«Sobre la mesa aparecían las doradas naranjas de terso cutis, el panquemado de Alberique, con miga porosa, la corteza obscura y barnizada y el vértice nevado, y las bandejas de dulce seco, la dureza del azúcar petrificado, limoncillos de las monjas de Sagunto, trozos de melón, yemas envueltas en rizados moñetes de papel, todo destilando azúcar y atrayendo a los insectos que revoloteaban en torno de la luz.»

Arroz y tartana

Vicente Blasco Ibáñez


Las Provincias. 31 de marzo de 1929

lunes, 17 de abril de 2017

La Pascua según Blasco. 02

«No fue malo el desfile de platos organizado por Visanteta. Era la cocina indígena, con todo su esplendor de las fiestas tradicionales. El lomo de cerdo, con las primeras habas de la cosecha, tiernas y jugosas, formando un puré, cuyo olorcillo causaba en el estómago una sensación voluptuosa; los langostinos, con casaquillas de escarlata y la puntiaguda caperuza, doblándose como clowns rojos sobre un lecho de excitante salsa; los pollos, despedazados, hundidos en el rosado caldo del tomate, y después las rodajas de salchichón a centenares, un jamón entero cortado en gruesas lonjas, y una enorme pirámide de huevos cocidos, con la cáscara teñida de rojo o amarillo; todo con una abundancia capaz de anonadar al estómago más animoso.»

Arroz y tartana

Vicente Blasco Ibáñez


Palique y trago. 1878

José Benlliure Gil




domingo, 16 de abril de 2017

La Pascua según Blasco. 01

«El día era hermoso; un verdadero domingo de Pascua. La primavera enardecía la sangre, y la ciudad entera, solemnizando la vuelta del buen tiempo, lanzábase al campo, levantando en él un rumor de avispero.»

Arroz y tartana

Vicente Blasco Ibáñez


Las Provincias. 7 de abril de 1931



sábado, 15 de abril de 2017

Francisco Povo Peiró, ilustrador

Francisco Povo Peiró va nàixer a València l’any 1880 i va morir el 1960. Va ser un artista polifacètic: escenògraf, cartellista, il·lustrador, pintor de cavallet i també de ventalls. Va viure i treballar a París on va entrar en contacte amb els cercles artístics del moment. Col·laborà amb les revistes El cuento del Dumenche, Impresiones, Letras y Figuras… i va ser un dels il·lustradors que va treballar per a l’editorial Prometeo, fundada per Blasco Ibáñez




Blasco en su despacho. La Malvarrosa

www.cervantesvirtual.com






























http://bivaldi.gva.es/


Cartel para la Feria de Julio. 1914




Escena romántica


Desnudo


Paisaje


Abanico pintado por Povo

viernes, 14 de abril de 2017

La Semana Santa Marinera según Blasco. Y 15

«Llegó el instante del encuentro. Cesaron los tambores en sus destemplados redobles; apagaron las trompetas sus lamentables alaridos; callaron las fúnebres músicas; quedáronse las dos imágenes inmóviles frente a frente y sonó una vocecita quejumbrosa cantando con monótono ritmo unas cancioncillas, en las que se describía lo conmovedor del encuentro.

La gente oía embobada al tío Grancha , un viejo velluter que todos los años venía de Valencia á cantar por entusiasmo piadoso en aquella fiesta. ¡Qué voz! Sus quejidos partían el corazón, y por esto, cuando los bebedores de la inmediata taberna de Chulla reían demasiado fuerte, estallaba una protesta general en la silenciosa muchedumbre, y los devotos clamaban indignados:

-¡Calleu ... recordons!

Subieron y bajaron las imágenes, lo que equivalía para la gente a dolorosos y desesperados saludos que se dirigían la madre y el hijo; y mientras se verificaban estas ceremonias y cantaba sus coplas el tío Grancha , Dolores no quitaba los ojos del judío esbelto y arrogante que contrastaba con su capitán patizambo.»

Flor de Mayo

Vicente Blasco Ibáñez



Las Provincias. 4 de abril de 1931

jueves, 13 de abril de 2017

La Semana Santa Marinera según Blasco. 14

«La morada túnica de Jesús centelleaba con los primeros rayos de sol por encima del bosque de plumajes, cascos y espadones en alto, que la luz erizaba de deslumbrantes reflejos, y por el otro lado avanzaba la Virgen, contoneándose al compás del paso de sus portadores, vestida de negro terciopelo y cubierta con una gasa fúnebre, al través de la cual brillaban sobre el rostro de cera las lágrimas, para las cuales llevaba sin duda en las inmóviles manos un pañuelo rizado y encañonado.

Ella era la que atraía la atención de las mujeres. Muchas lloraban. ¡Ay, reina y soberana! Aquel encuentro partía el alma. ¡Ver una madre a su hijo en tal estado! Era lo mismo (aunque la comparación fuese mala) que si ellas encontraran a sus chicos, tan buenos y honradotes, camino del presidio.

Y las pescaderas seguían gimoteando ante la madre dolorosa, lo que no les impedía fijarse en si llevaba algún adorno más que el año anterior.»

Flor de Mayo

Vicente Blasco Ibáñez


Las Provincias. 4 de abril de 1931

miércoles, 12 de abril de 2017

Sonaba en el interior de las barracas el arrastre de la escoba. Vídeo

«Tras los árboles y las casas que cerraban el horizonte asomaba el sol como enorme oblea roja, lanzando horizontales agujas de oro que obligaban a taparse los ojos. Las montañas del fondo y las torres de la ciudad iban tomando un tinte sonrosado; las nubecillas que bogaban por el cielo coloreábanse como madejas de seda carmesí; las acequias y los charcos del camino parecían poblarse de peces de fuego. Sonaba en el interior de las barracas el arrastre de la escoba, el chocar de la loza, todos los ruidos de la limpieza matinal. Las mujeres agachábanse en los ribazos, teniendo al lado el cesto de la ropa para lavar. Saltaban en las sendas los pardos conejos, con su sonrisa marrullera, enseñando, al huir, las rosadas posaderas partidas por el rabo en forma de botón, y sobre los montones de rubio estiércol, el gallo, rodeado de sus cloqueantes odaliscas, lanzaba un grito de sultán celoso —¡su quiquiriquí!—, con la pupila ardiente y las barbillas rojas de cólera.»

La barraca

Vicente Blasco Ibáñez



martes, 11 de abril de 2017

Se vio dueño de la barraca y dos barcas

«Cuando el tío Paloma fue hombre, y muerto su padre se vio dueño de la barraca y dos barcas, ya no existían duques de la Albufera, sino bailíos, que la gobernaban en nombre del rey su amo; excelentes señores de la ciudad que nunca venían al lago, dejando a los pescadores merodear en la Dehesa y cazar con entera libertad los pájaros que se criaban en los carrizales.»

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez


Barracas en La Albufera. 1930

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lunes, 10 de abril de 2017

Blasco Ibáñez por Eduardo Zamacois. Tercera parte

«Vicente Blasco Ibáñez se instala cómodamente en un sillón, respira fuerte, cruza una pierna sobre otra... Yo le miro complacido: es uno de esos hombres excepcionales—hombres de presa—cuyo aspecto saludable, tranquilo y optimista, invita a vivir. 

—Yo—dice—nací en Valencia y soy hijo de comerciantes; pero mis padres pertenecen a esa raza brava y rebelde oriunda del Bajo Aragón, cuyas generaciones, invariablemente, como obedeciendo a una tradición, dejan la aridez de sus montañas para marchar a la conquista de las hospitalarias ciudades levantinas, donde la existencia es fácil porque la abundancia de agua y el ardimiento prolífico del sol mantienen perenne en la tierra el espasmo sagrado de la fecundidad...»

Mis contemporáneos

Eduardo Zamacois



Casa natalicia de Vicente Blasco Ibáñez

Calle Jabonería Nueva número 8

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domingo, 9 de abril de 2017

La Semana Santa Marinera según Blasco. 13

«La gente se agolpaba en el lugar del encuentro: una encrucijada de la calle de San Antonio, frente a los azulejos que marcaban con extrañas figuras las estaciones del Calvario. Allí se aglomeraban, empujándose por colocarse en primera fila, las inquietas pescaderas, rudas, agresivas, envueltas en sus mantones de cuadros y con el pañuelo sobre los ojos.

Avanzaban en opuesta dirección las dos procesiones, moderando su paso, deteniéndose, calculando la distancia para llegar á la vez al lugar del encuentro. »

Flor de Mayo

Vicente Blasco Ibáñez


Encuentro entre el paso de Jesús el Nazareno, de la Corporación de los Sayones, 
y la Dolorosa de los Granaderos del Canyamelar. 1925

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sábado, 8 de abril de 2017

La Semana Santa Marinera según Blasco. 12

«Entre los espectadores veíanse caras pálidas y ojerosas, bocas sonrientes, gente alegre que, después de una noche tormentosa, había venido de Valencia para reír un poco; y cuando se burlaban demasiado fuerte de los grotescos figurones, no faltaba algún soldado de Pilatos que agitaba el espadón amenazante, rugiendo con santa indignación:

-¡Morrals! ... ¡Morrals! ¿Veniu a burlarse?

¡A burlarse de una fiesta tan antigua como el mismo Cabañal!... ¡Señor! de Valencia habían de ser para atreverse a tanto. »

Flor de mayo

Vicente Blasco Ibáñez


Las Provincias, 2 de abril de 1931

viernes, 7 de abril de 2017

La Semana Santa Marinera según Blasco. 11

«Comenzaba la ceremonia del encuentro. Marchaban por distintas calles dos procesiones; en la una la Virgen, dolorosa y afligida, escoltada por su guardia de sepulcrales granaderos, y en la otra Jesús, desmelenado y sudoroso, con la túnica morada hueca y cargada de oro, abrumado bajo el peso de la cruz, caído sobre los peñascos de corcho pintado que cubrían la peana, sudando sangre por todos los poros; y en torno de él, para que no se escapara, los inhumanos judíos que, para mayor carácter , ponían un gesto feroz de pocos amigos, y las vestas , con el capuchón calado y la cola arrastrando sobre los charcos, tan tétricas, tan sombrías, que los chicuelos rompían a llorar, refugiándose en los zagalejos de la madre.

Y los sordos parches siempre tronando, las trompetas lanzando sonidos desgarradores, lamentos prolongados de ternerillo en el matadero; y en medio de la chusma armada y feroz, niñas talluditas con los carrillos cargados de colorete, vestidas de odaliscas de ópera cómica, con un cantarillo al brazo para demostrar que eran la bíblica Samaritana , en las orejas y el pecho el brillante aderezo tomado a préstamo por sus madres y al aire las robustas pantorrillas con polonesas y medias rayadas.

¡Siñor! ... ¡Ay Siñor, Deu meu! - murmuraban con acento angustiado las viejas pescaderas, contemplando al ensangrentado Jesús en poder de la pillería excolmugada.»

Flor de Mayo

Vicente Blasco Ibáñez


Las Provincias. 4 de abril de 1931

jueves, 6 de abril de 2017

La Semana Santa Marinera según Blasco. 10

«Ya llegaban; oíase la música de los judíos que venían por su bandera. Dolores se vistió apresuradamente, mientras el capitán salía á la frontera de sus dominios a recibir el ejército.

Sonaban acompasados los tambores, y el vistoso escuadrón agitaba los pies, el cuerpo y la cabeza con rítmico contoneo, sin moverse del sitio, mientras Tonet y dos más, con gravedad imperturbable, subían al balcón por el estandarte.

Dolores vió a su cuñado en la escalera, y fue en ella instantáneo, fulminante el instinto de comparación. Parecía todo un militar, un general... algo que se separaba de la rudeza grotesca de los otros. No; Tonet no tenía las piernas tortuosas y tumefactas, sino esbeltas, ajustadas, elegantes, como aquellos señores tan simpáticos llamados don Juan Tenorio, el rey don Pedro ó Enrique Lagardere, que tanto la habían conmovido recitando quintillas ó dando estocadas en la escena del teatro de la Marina.

Ya iban todas las collas camino de la iglesia, con la música al frente, ondeante la negra bandera y ofreciendo desde lejos el aspecto de un tropel de brillantes insectos arrastrándose con incesante contoneo.»

Flor de Mayo

Vicente Blasco Ibáñez


Corporación de Sayones

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miércoles, 5 de abril de 2017

La Semana Santa Marinera según Blasco. 09

«El Retor era por herencia capitán de los judíos, y todavía de noche saltó de la cama para embutirse en el hermoso traje guardado en el arcón durante el resto del año y considerado por toda la familia como el tesoro de la casa.

¡Válgale Dios y qué angustias pasaba el pobre Retor , cada año más rechoncho y fornido, para embutirse en la apretada malla de algodón!

Su mujer, en ropas menores, al aire la exuberante pechuga, zarandeábale tirando de un lado, apretando por otro, para ajustar dentro del mallón las cortas piernas y el vientre de su Retor , mientras que Pascualet, sentado en la cama, miraba con asombro á su padre, como si no le reconociera con aquel casco de indio bravo erizado de plumajes y el terrible sable de caballería que al menor movimiento chocaba contra los muebles y rincones, produciendo un estrépito de mil diablos.

Por fin terminó el penoso tocado. Algo mal estaba, pero ya era hora de acabar. Las ropas interiores, arrolladas por la opresión de la malla, apelotonábanse, y las piernas del judío parecían plagadas de tumores; apretábale el vientre el maldito calzón hasta hacerle palidecer; la celada, por exceso de engrase, le caía sobre el rostro, lastimándole la nariz; pero ¡la dignidad ante todo! y tirando del sablote é imitando con voz sonora el redoble del tambor, púsose a dar majestuosas zancadas por la habitación, como si su hijo fuese un príncipe á quien hacía guardia.

Dolores le miraba con sus ojos dorados y misteriosos ir de un lado á otro como un oso enjaulado. Tentábanla a la risa las piernas tortuosas; pero no; mejor estaba vestido así que cuando volvía a casa por la noche con el traje alquitranado y el aire de una bestia abrumada por el cansancio. »

Flor de Mayo

Vicente Blasco Ibáñez



Corporación armada de Longinos. Nuestra Sra. de los Ángeles

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martes, 4 de abril de 2017

La Semana Santa Marinera según Blasco. 08

«Las collas se habían reunido, y en filas de a cuatro marchaban tiesos, solemnes y admirados como vencedores. Iban a la casa de sus capitanes para recoger las banderas que ondeaban en el tejado, fúnebres estandartes de terciopelo negro que ostentaban bordados los horripilantes atributos de la Pasión.»

Flor de Mayo

Vicente Blasco Ibáñez



Corporación armada de Longinos. Nuestra Sra. de los Ángeles

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lunes, 3 de abril de 2017

La Semana Santa Marinera según Blasco. 07

«Conforme avanzaba el día y la luz azulada del amanecer tomaba los tintes rosados y calientes de la mañana, aumentaba en las calles el ronquido estrepitoso de los tambores, el toque de cornetas y las marciales marchas de las músicas, como si un ejército invadiese el Cabañal.»

Flor de Mayo

Vicente Blasco Ibáñez


Corporación de Sayones

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