Los mil y un Blasco Ibáñez que duermen en el féretro de caoba
viernes, 30 de octubre de 2020
miércoles, 28 de octubre de 2020
lunes, 26 de octubre de 2020
Que se educó degollando reses en el Matadero
«Allí estaban todos. Los cinco hermanos Bandullos , una dinastía que al mamar llevaba ya cuchillo; que se educó degollando reses en el Matadero, y con una estrecha solidaridad lograba que cada uno valiera por cinco y el prestigio de la familia fuese indiscutible».
Guapeza valenciana
sábado, 24 de octubre de 2020
A comerse una paella en el camino de Burjasot
«Aquello era una fiesta importantísima, digna de que la voceasen por la noche los vendedores de La Correspondencia a falta de «¡El crimen de hoy!».
Iban todos a comerse una paella en el camino de Burjasot para solemnizar dignamente las paces entre los Bandullos y Pepet.
Los hombres cuanto más hombres, más serios para ganarse la vida».
Guapeza valenciana
jueves, 22 de octubre de 2020
Andaban a tiros por Pescadores o la calle de las Barcas
martes, 20 de octubre de 2020
Y le parecía ver la paraeta del mercado
«Castigábanle por torpe. Muchas veces al cruzar el patio, quedábase mirando aquel sol que se detenía en el borde de los sombríos paredones, sin atreverse nunca a bajar hasta el húmedo suelo; y cuando el vergajo le avivaba el paso, lanzaba entre dientes un ¡ Mare mehua ! y le parecía ver la paraeta del mercado, aquella mesilla coja con la calabaza recién salida del horno, tras la cual estaba su madre cambiando ochavos por melosas rebanadas y peleándose por la más leve palabra con todas las de los puestos vecinos que le hacían competencia».
La corrección
Cuentos valencianos
Vicente Blasco Ibáñez
domingo, 18 de octubre de 2020
Durmiendo en verano sobre los cuévanos del mercado
«El más infeliz era el Groguet , un muchacho paliducho y débil por el excesivo crecimiento y sin energías para protestar. Cargaba con los enormes cubos, y, agobiado bajo su peso, subía la interminable escalera, pensando en el tiempo feliz en que tenía por casa toda la ciudad, durmiendo en verano sobre los cuévanos del mercado y apelotonándose en invierno en el quicio del respiradero de alguna cuadra».
La corrección
Cuentos valencianos
Vicente Blasco Ibáñez
viernes, 16 de octubre de 2020
Y tendrían el honor de sentarse en el banquillo de la Audiencia
«Con la escoba al hombro y arrastrando los cubos de agua, pasaban, macilentos y humildes, ante los penados, pensando en cuando llegarían a ser de causa y tendrían el honor de sentarse en el banquillo de la Audiencia por algo gordo , librándose con esto de doblar todo el día el espinazo sobre los rojos baldosines e ir pieza tras pieza lavando el hediondo piso, sin quitar la vista del cabo y del cimbreante vergajo, pronto a arrollarse al cuerpo como angulosa serpiente».
La corrección
Cuentos valencianos
Vicente Blasco Ibáñez
miércoles, 14 de octubre de 2020
¿Munta?… —preguntaban los que vivían en el interior
«— ¿Munta?… —preguntaban los que vivían en el interior.
— Sí que munta —contestaban los ribereños.
http://www.ofmval.org/
lunes, 12 de octubre de 2020
Y comenzaba la agitación, la diaria vida en el edificio antes muerto
«A las cinco la corneta de la cárcel lanzaba en el patio su escandalosa diana, compuesta de sonidos discordantes y chillones, que repetían como poderoso eco las cuadras silenciosas, cuyo suelo parecía enladrillado con carne humana.
Levantábanse de las almohadas trescientas caras soñolientas, sonaba un verdadero concierto de bostezos, caían arrolladas las mugrientas mantas, dilatábanse con brutal desperezamiento los robustos e inactivos brazos, liábanse los tísicos colchones conocidos por petates en el mísero antro, y comenzaba la agitación, la diaria vida en el edificio antes muerto».
La corrección
Cuentos valencianos
Vicente Blasco Ibáñez
sábado, 10 de octubre de 2020
Por la parte del mar rasgábase la noche, marcando una faja de luminoso azul
«Amanecía. Por la parte del mar rasgábase la noche, marcando una faja de luminoso azul: la verdura de la vega y la dentellada línea de montañas iban fijando sus esfumados contornos; lanzaban sus últimos parpadeos las estrellas, rodaba el fiero alerta de los gallos de alquería en alquería, y las alondras, como alegres notas envueltas en volador plumaje, rozaban las cerradas ventanas, anunciando la llegada del día».
Noche de bodas
Cuentos valencianos
Vicente Blasco Ibáñez
Joaquín Sorolla y Bastida
Óleo. 66 x 96
Museo Sorolla
jueves, 8 de octubre de 2020
Valencia y lo valenciano
martes, 6 de octubre de 2020
Tuvo que seguir el camino de aquel huerto
«Y por más que se resistió, tuvo que seguir el camino de aquel huerto del que tantos recuerdos guardaba; y entre las faldas rameadas y coloridas como la primavera, los pañuelos de seda brillantes y los reflejos tornasolados de la pana y el terciopelo, causaba un efecto lastimoso el suelto manteo y aquel desmayado sombrero de teja que avanzaba con lentitud, como si en vez de cubrir un cuerpo vigoroso y exuberante de vida fuesen los de un viejo achacoso».
Noche de bodas
Cuentos valencianos
Vicente Blasco Ibáñez
domingo, 4 de octubre de 2020
Para el nuevo adjunto de la parroquia de Benimaclet
«El día en que se casó Toneta fue de los peores para el nuevo adjunto de la parroquia de Benimaclet. Cuando la ceremonia hubo terminado, don Vicente despojose en la sacristía de sus sagradas vestiduras, pálido y trémulo como si le aquejase oculta dolencia.
El sacristán, ayudándole, hablaba del insufrible calor. Estaban en julio, soplaba el poniente, la vega se mustiaba bajo aquel soplo interminable y ardoroso que antes de perderse en el mar había pasado por las tostadas llanuras de Castilla y la Mancha, y con su ambiente de hoguera agrietaba la piel y excitaba los nervios».
Noche de bodas
Cuentos valencianos
Vicente Blasco Ibáñez
viernes, 2 de octubre de 2020
Cuando no estaba en Valencia en el Seminario
«Cuando no estaba en Valencia en el Seminario, prestaba en Benimaclet funciones de sacristán, y llegó a ser hombre sin sentir apenas el despertar de la virilidad en su vigorosa complexión».
Noche de bodas
Cuentos valencianos
Vicente Blasco Ibáñez