miércoles, 29 de septiembre de 2021
Volvían las parejas del bou rápidamente
lunes, 27 de septiembre de 2021
Prefería corretear por la Dehesa con los chicuelos de la vecindad
«Pero al año de esta ruda educación, el tío Paloma notó una gran flojedad en su discípulo. Le gustaba disparar tiros y sentía placer por la pesca. Lo que no parecía complacerle tanto era levantarse antes del amanecer, pasar todo el día con los brazos estirados moviendo la percha y tirar de la cuerda del remolque como un caballo.
El barquero vio claro: lo que su nieto odiaba, con una repulsión instintiva que ponía de pie su voluntad, era el trabajo. En vano el tío Paloma le hablaba de la gran pesca que harían al día siguiente en el Recatí, el Rincón de la olla o cualquier otro punto de la Albufera. Apenas el barquero se descuidaba, su nieto había desaparecido. Prefería corretear por la Dehesa con los chicuelos de la vecindad, tenderse al pie de un pino y pasar las horas oyendo el canto de los gorriones en las redondas copas, o contemplando el aleteo de las mariposas blancas y los abejorros bronceados sobre las flores silvestres».
Cañas y barro
Vicente Blasco Ibáñez
sábado, 25 de septiembre de 2021
¡Ya salían, ya salían!... Izábanse las velas
«¡Ya salían, ya salían!... Izábanse las velas, que en la lobreguez transparentaban las luces del puerto, como piezas extendidas de crespón o sutiles alas de grandes mariposas negras».
Flor de mayo
Vicente Blasco Ibáñez
jueves, 23 de septiembre de 2021
Después vino el amaestrarse en la caza
«Después vino el amaestrarse en la caza. La escopeta del abuelo, un verdadero arcabuz, que por su estampido se distinguía de todas las armas de la Albufera, llegó a manejarla él con relativa facilidad. El tío Paloma cargaba fuerte, y los primeros tiros hicieron tambalearse al muchacho, faltando poco para que cayese de espaldas en el fondo de la barca. Poco a poco fue dominando a la vieja bestia y lograba abatir las fúlicas, con gran contento del abuelo.
Así se debía educar a los muchachos. Por su gusto, Tonet no comería otra cosa que lo que matase con la escopeta o pescase con sus manos».
Cañas y barro
Vicente Blasco Ibáñez
martes, 21 de septiembre de 2021
Todo el pueblo acudía a la salida del bou para insultar a los que se iban
«Cerraba la noche; ya estaba toda la gente en las barcas: más de mil hombres. Sólo faltaba para partir que los señores de las oficinas acabasen de despachar los papeles; y la multitud que ocupaba los muelles se impacientaba como ante un espectáculo que se retarda.
Había en el acto de la partida una costumbre que cumplir. Desde tiempo inmemorial, todo el pueblo acudía a la salida del bou para insultar a los que se iban. Chistes atroces, sangrientas bromas cruzábanse entre las barcas y las escolleras cuando aquéllas salían del puerto; todo a la buena de Dios, sin mala intención, porque así lo marcaba la costumbre y porque tenía gracia decirles algo a los... lanudos que se iban tranquilos a pescar dejando solas a sus mujeres».
Flor de mayo
Vicente Blasco Ibáñez
Salida del bou
Gerardo Paadín
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domingo, 19 de septiembre de 2021
Aprendió a manejar la percha, pasaba como una exhalación por los canales
«El muchacho siguió con gusto al abuelo en sus expediciones por tierra y agua. Aprendió a manejar la percha, pasaba como una exhalación por los canales sobre uno de los barquitos pequeños del tío Paloma, y cuando llegaban cazadores de Valencia se agazapaba en la proa de la barca o ayudaba a su abuelo a manejar la vela, saltando al ribazo en los pasos difíciles para agarrar la cuerda, remolcando la embarcación».
Cañas y barro
Vicente Blasco Ibáñez
viernes, 17 de septiembre de 2021
La aglomeración de barcas tragábase hombres y más hombres
Flor de mayo
Vicente Blasco Ibáñez
miércoles, 15 de septiembre de 2021
Ya no iba a la escuela del pueblo, casucha húmeda pagada por el Ayuntamiento de la ciudad
«Tonet ya no iba a la escuela del pueblo, casucha húmeda pagada por el Ayuntamiento de la ciudad, donde niños y niñas, en maloliente revoltijo, pasaban el día gangueando las tablas del abecedario o entonando oraciones».
Cañas y barro
Vicente Blasco Ibáñez
lunes, 13 de septiembre de 2021
Por las pendientes tablas que unían las barcas con el muelle, pasaban pies descalzos
«Y por las pendientes tablas que unían las barcas con el muelle, pasaban pies descalzos, calzones amarillos, caras tostadas, todo el mísero rebaño que nace y muere en la playa sin conocer más mundo que la extensión azul; gente embrutecida por el peligro, sentenciada a muerte, para que tierra adentro otros seres, sentados ante el adamascado mantel, puedan contemplar como joyeles de coral los rojos langostinos o se conmuevan con estremecimientos de gula ante la enorme merluza nadando en apetitosa salsa. El hambre iba a lanzarse en el peligro para satisfacer a la opulencia».
Flor de mayo
Vicente Blasco Ibáñez
sábado, 11 de septiembre de 2021
Se sentaba ella con su madre a coser velas
«Sus únicas horas de placer eran las de la tarde, cuando, en calma todo el pueblo y los hombres en la laguna o en los campos, se sentaba ella con su madre a coser velas o tejer redes a la puerta de la barraca. Las dos hablaban con las vecinas, en el gran silencio de la calle solitaria e irregular, cubierta de hierba, por entre la cual correteaban las gallinas y cloqueaban los ánades extendiendo al sol sus dos mangas de húmeda blancura».
Cañas y barro
Vicente Blasco Ibáñez
jueves, 9 de septiembre de 2021
Todo el pueblo acudía al puerto
«Todo el pueblo acudía al puerto; las mujeres y los niños corrían por los muelles buscando en la confusión de mástiles, cuerdas y cascos incrustados unos en otros, la barca donde iban los suyos. Era la emigración anual a los desiertos del mar; la caída en perpetuo peligro para sacar el pan de las misteriosas profundidades, que unas veces se dejan extraer mansamente sus riquezas y otras se alborotan amenazando de muerte a los audaces argonautas».
Flor de mayo
Vicente Blasco Ibáñez
martes, 7 de septiembre de 2021
La llamaron la Borda
domingo, 5 de septiembre de 2021
A media tarde comenzaron los preparativos para la salida del bou
«A media tarde comenzaron los preparativos para la salida del bou.
Más de un centenar de barcas formadas en doble fila frente a los muelles, inclinaban los mástiles como un escuadrón de lanzas que saluda, moviendo sus cascos con incesante y gracioso contoneo. Las pequeñas embarcaciones, con su rudo perfil de galera antigua, recordaban las numerosas armadas de Aragón, las flotas de barquichuelos con las que Roger de Lauria era el terror de Sicilia. Y los Pescadores presentábanse en grupos con el hatillo a la espalda y el aire resuelto, como las bandas de almogávares llegaron a la playa de Salou para ir en embarcaciones iguales o peores a la conquista de Mallorca. Tenía aquel embarque en masa y en tan rudos barcos un sabor tradicional, algo que forzosamente hacía recordar la marina de la Edad Media, los bajeles de Aragón, cuya vela triangular lo mismo espantaba al moro de Andalucía que se destacaba sobre el clásico y risueño cielo de la Grecia».
Flor de mayo
Vicente Blasco Ibáñez
viernes, 3 de septiembre de 2021
Y la pobre mujer pasaba el día sola en la barraca
«En la vida de la familia hubo un acontecimiento. Tonet crecía y su madre estaba triste. El muchacho iba al lago con su abuelo; después, cuando fuese mayor, acompañaría a su padre a los campos; y la pobre mujer pasaba el día sola en la barraca».
Cañas y barro
Vicente Blasco Ibáñez
miércoles, 1 de septiembre de 2021
¡Demonio de chico!
«No iría a jugar más a la playa; que se guardase la abuela sus meriendas; él era hombre y quería ir al mar como segundo gato de la Flor de Mayo.
Sus padres se reían con las insolencias del muchacho. ¡Demonio de chico! El Retor se lo hubiera comido a besos.
La abuela lloraba como si le viera ya próximo á la muerte. Pero el padre se indignó. ¿Quería callar? Cualquiera creería que mataban al chico. ¿Qué tenía aquello de extraordinario? Pascualet iba al mar como habían ido su padre y todos sus abuelos. ¿Deseaba la agüela que fuese un vago?»
Flor de mayo
Vicente Blasco Ibáñez