«Una vez se dio el caso de que los viajeros del tren correo entre Valencia y Barcelona, cuya vía se desarrolla a lo largo de la costa, pudieron contemplar desde sus vagones, en las primeras horas de la tarde, como un submarino alemán atacaba a un vapor aliado cerca de la orilla, a la vista de todos.
El dulce y poético Mediterráneo arrojaba todas las semanas a sus orillas numerosos cadáveres y pedazos de buques rotos por la explosión de los torpedos. Yo tengo a orilla del mar, cerca de Valencia, una casa llamada Malvarrosa. Mientras estuve en París los cinco años de la guerra haciendo propaganda en favor de los aliados, mis amigos me escribieron repetidas veces dándome cuenta de los terribles hallazgos con que les sorprendía el mar algunas mañanas. Sobre la arena de la playa, junto a la escalinata de mi casa, aparecieron repetidas veces cadáveres hinchados por una larga permanencia en el mar, pobres cuerpos desfigurados por las mordeduras de los peces o la violencia de la explosión, mujeres y niños que venían como pasajeros en buques procedentes de Argelia, tripulantes de vapores aliados que transportaban artículos de comercio o primeras materias para la guerra. Todos habían ido hacia la muerte, fiando en la neutralidad, ya que no en la lealtad de un rey que se titulaban francófilo en compañía de "la canalla"».
Por España y contra el rey
Vicente Blasco Ibáñez
La Malvarrosa
http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=370996&page=407
Yo, en Blasco Ibañez, veo un gran escritor valenciano, gracias al cual he disfrutado leyendo sus novelas. Eso es ara mi su principal faceta. ¿que era republicano? pues la verdad es que cada cual es muy libre de elegir y tener sus ideas, y con ellas hacer lo que le plazca; ahora bien, si no estoy mal informado, dada su fama como escritor, congrego gran numero de seguidores que, a la hora de la verdad, abandono. Tal hecho, hizo que algunos le tildasen de "Capitan araña". Esto tambien podria deberse a falsas interpretaciones de la gente de entones. ¡Vaya Vd. a saber! (Yo prefiero pensar que este episodio es rotundamente falso)
ResponderEliminarEl gran número de seguidores, parece que se debía a su carisma en su faceta de político radical, era un eficaz agitador y cautivador de masas, más que a sus novelas.
EliminarMi abuelo comentaba éso mismo, sobre el abandono de sus fieles seguidores. Era un radical y atacó a la iglesia con todas sus fuerzas, de hecho mi abuelo siendo pequeño acompañando a su madre, se quedaban encerrados en la iglesia cuando aparecían los Blasquistas que iban armados y con malas intenciones. Ese espíritu anticlerical, inculcado a sus partidarios, aun permanece en parte de los valencianos.
ResponderEliminarVicente Blasco Ibáñez lo conoció mi abuelo Salvador Dolz, desde pequeño. Aunque Vicente nació 4 años antes que Salvador -en 1867- si lo hicieron en la misma calle Jabonería. Estudiaron juntos en los Escolapios, pero Vicente Blasco fue un republicano anticlerical y Salvador Dolz un valencianista de derechas, católico y propietario de la, entonces, famosa Droguería de la Lonja. El comentario solo es por reflejar que la disparidad de ideas entre ellos no supuso una barrera para su amistad, que duró más de 30 años hasta que en Abril de 1910, desgraciadamente y en una de las procesiones de San Vicente del “Altar del Mercat” -donde Salvador Dolz era el presidente- un pequeño grupo de acérrimos republicanos, componentes del partido de Blasco y en plena Plaza del Mercado, invadieron e intentaron detener la comitiva lanzando palos al santo, a lo que Salvador y la directiva se plantaron ante ellos y evitaron un altercado. De nada sirvieron las disculpas de su amigo Blasco y ahí se truncó su amistad. Al día siguiente, Salvador cogió todas las novelas que Blasco le había regalado (firmadas por él) y en la acera, en la puerta de la droguería, les prendió fuego y prohibió a la familia que se hablase de él y que no entrase ninguna novela de él en su casa. Su valencianía y su devoción al santo -eso lo tenía muy claro- estaban por encima de muchas cosas. Lamentablemente, Vicente Blasco también tenía su lado oscuro.
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