miércoles, 31 de mayo de 2023

El Corpus según Blasco Ibáñez. 01

«La vela del Corpus, con sus anchas listas azules y blancas, sombreaba desde los altos mástiles la plaza de la Virgen.

La muchedumbre, endomingada, agitábase en torno de las rocas, admirando una vez más las carrozas tradicionales que todos los años salían a luz: pesados armatostes lavados y brillantes, pero con cierto aire de vetustez, luciendo en sus traseras, cual partida de bautismo, la fecha de construcción: el siglo XVII.

Recordaban aquellas enormes fábricas de madera pintada, con su lanza semejante a un mástil de buque y sus ruedas cual piedras de molino, las carrozas sagradas de los ídolos indios o los carromatos simbólicos que güelfos y gibelinos llevaban a sus combates.

La gente pasaba revista con una curiosidad no exenta de ternura a la fila de rocas, como si su presencia despertara gratos recuerdos

Allí estaba la roca Valencia, enorme ascua de oro, brillante y luminosa desde la plataforma hasta el casco de la austera matrona que simboliza la gloria de la ciudad; y después, erguidos sobre los pedestales los santos patronos de las otras _rocas_: San Vicente, con el índice imperioso, afirmando la unidad de Dios; San Miguel, con la espada en alto, enfurecido, amenazando al diablo sin decidirse a pegarle; la Fe, pobre ciega, ofreciendo el cáliz donde se bebe la calma del anulamiento; el Padre Eterno, con sus barbas de lino, mirando con torvo ceño a Adán y Eva, ligeritos de ropa como si presintiesen el verano, sin otra salvaguardia del pudor que el faldellín de hojas; la Virgen, con la vestidura azul y blanca, el pelo suelto, la mirada en el cielo y las manos sobre el pecho; y al final, lo grotesco, lo estrambótico, la bufonada, fiel remedo de la simpatía con que en pasadas épocas se trataban las cosas del infierno, la _roca Diablera_; Pintón coronado de verdes culebrones, con la roja horquilla en la diestra, y a sus pies, asomando entre guirnaldas de llamas y serpientes, los Pecados capitales, horribles carátulas con lacias y apolilladas greñas, que asustaban a los chicuelos y hacían reír a los grandes».

Arroz y tartana

Vicente Blasco Ibáñez



La fuente de la plaza de la Virgen adornada para la festividad del Corpus. 1961

lunes, 29 de mayo de 2023

Neleta también había acudido a la plaza atraída por aquel acto

«Neleta también había acudido a la plaza atraída por aquel acto, que era una de las mejores fiestas del pueblo. Iba endomingada, parecía una señorita de Valencia, y la Samaruca, su feroz enemiga, se burlaba en un corro hostil de su moño alto, del traje de color de rosa, del cinturón con hebilla de plata y de su olor de «mujer mala», que escandalizaba a todo el Palmar, haciendo perder la calma a los hombres. La graciosa rubia, desde que era rica, se perfumaba de un modo violento, como si quisiera aislarse del hedor de fango que envolvía al lago. Se lavaba poco la cara, como todas las mujeres de la isla; su piel no era muy limpia, pero jamás faltaba sobre ella una capa de polvos, y a cada paso sus ropas despedían un rabioso perfume de almizcle, que hacía dilatar el olfato con placentera beatitud a los parroquianos de la taberna».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de TVE "Cañas y barro"

sábado, 27 de mayo de 2023

Cañamel, que no era hijo del pueblo y carecía de derecho para participar del sorteo

«Cañamel, que no era hijo del pueblo y carecía de derecho para participar del sorteo, mostrábase tan interesado como los pescadores. Nunca faltaba a aquella ceremonia. Encontraba allí su negocio para todo el año, que le compensaba de la decadencia del contrabando. Casi siempre, el que conseguía el primer puesto era  un pobre, sin otros bienes que un barquito y algunas redes. Para explotar la Sequiòta necesitaba grandes artefactos, varias embarcaciones, marineros a sueldo; y cuando el infeliz, anonadado por su buena suerte, no sabía cómo empezar, se le aproximaba Cañamèl como un ángel bueno. Él tenía lo preciso; ofrecía sus barcas, las mil pesetas de hilo nuevo que se necesitaban para las grandes barreras que debían cerrar el canal y el dinero necesario para adelantar jornales. Todo como ayuda a un amigo, por el afecto que el agraciado le inspiraba; pero como la amistad es una cosa y el negocio otra, se contentaría a cambio de sus auxilios con la mitad de la pesca. De este modo los sorteos eran casi siempre en beneficio de Cañamèl, que aguardaba con ansiedad el resultado, haciendo votos por que los primeros puestos no correspondiesen a los vecinos del Palmar que tenían alguna fortuna».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de TVE "Cañas y barro"

jueves, 25 de mayo de 2023

Dejarían a sus espaldas la ruina de su trabajo y el cuerpecillo de uno de los suyos

«Huirían de allí para empezar otra vida, sintiendo el hambre detrás de ellos pisándoles los talones; dejarían a sus espaldas la ruina de su trabajo y el cuerpecillo de uno de los suyos, del pobre albaet, que se pudría en las entrañas de aquellas tierras como víctima inocente de una batalla implacable.

Y todos, con resignación oriental, sentáronse en el ribazo, y allí aguardaron el amanecer, con la espalda transida de frío, tostados de frente por el brasero que teñía sus rostros con reflejos de sangre, siguiendo, con la pasividad del fatalismo, el curso del fuego, que iba devorando todos sus esfuerzos y los convertía en pavesas tan deleznables y tenues como sus antiguas ilusiones de paz y trabajo».

La barraca

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de RTVE "La barraca"

martes, 23 de mayo de 2023

Habían prendido fuego a su barraca por sus cuatro costados

«¡Recordóns!... ¡Y qué bien habían sabido hacerlo!... Habían prendido fuego a su barraca por sus cuatro costados; toda ella ardía de golpe. Hasta el corral, con su cuadra y sus sombrajos, estaba coronado de llamas imponentes.

Partían de él relinchos desesperados, cacareos de terror, gruñidos feroces; pero la barraca, insensible a los lamentos de los que se tostaban en sus entrañas, seguía arrojando curvas lenguas de fuego por las puertas y los ventanos. De su incendiada cubierta elevábase una espiral enorme de humo blanco, que con el reflejo del incendió tomaba transparencias de rosa».

La barraca

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de RTVE "La barraca"

domingo, 21 de mayo de 2023

Cerca de la alquería azul donde las muchachas bailaban los domingos

«Siguió adelante por el lóbrego camino, andando silenciosamente, como hombre que conoce el terreno a ciegas y por prudencia desea no llamar la atención. Según se aproximaba a su barraca, sentía mayor inquietud. Este era su distrito, pero en él estaban sus más tenaces enemigos.

Algunos minutos antes de llegar a su vivienda, cerca de la alquería azul donde las muchachas bailaban los domingos, el camino se estrangulaba, formando varias curvas. A un lado, un ribazo alto coronado por doble fila de viejas moreras; al otro, una ancha acequia, cuyos bordes en pendiente estaban cubiertos por espesos y altos cañares.

Esta vegetación parecía en la oscuridad un bosque indiano, una bóveda de bambúes cimbreándose sobre el camino negro. La masa de cañas, estremecida por el vientecillo de la noche, lanzaba un quejido lúgubre; parecía olerse la traición en este lugar, tan fresco y agradable durante las horas de sol».

La barraca

Vicente Blasco Ibáñez




Alquería en la huerta de Valencia

Barberá Masip

Bivaldi

viernes, 19 de mayo de 2023

Estaba en el canal aguardando la barca que traía de Valencia al representante de la Hacienda

«La muchedumbre era cada vez mayor en la plaza. El alcalde, con sus adjuntos y el alguacil, estaba en el canal aguardando la barca que traía de Valencia al representante de la Hacienda. Llegaban los personajes de la contornada para consagrar con su presencia el sorteo. La gente abría paso al teniente de carabineros, que venía de su soledad de Torre Nueva, entre la Dehesa y el mar, al galope del caballo, manchado del barro de las acequias. Presentábase el Jurado seguido de un mocetón que llevaba a cuestas la caja del archivo de la Comunidad, y el pare Miquèl, el belicoso vicario, con el balandrán al hombro y el gorrito ladeado, iba de grupo en grupo asegurando que la suerte volvería la espalda a los pecadores».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Una barca en La Albufera. 1905

Foto Esplugas

Todocolección

miércoles, 17 de mayo de 2023

Tendido en la proa y mojado por los espumarajos de las olas

«El tío Batiste, tendido en la proa y mojado por los espumarajos de las olas, miraba al horizonte por la parte de Levante, donde el celaje plomizo parecía condensarse, formando una masa de negruzco vapor.

Llamaba a Pascual para que prestase atención; pero el Retor tenía fijos sus ojos en el grupo de tripulantes que tiraban de la red. Por una casualidad, Tonet y su sobrino estaban juntos, y la semejanza de sus rostros resaltaba aun más ante la mirada del patrón.

—Pascualo... Pascualo—gritó el viejo pescador con voz algo temblorosa—. Ya está ahí.

¿Quién?... ¡Quién había de ser! La tempestad, la tormenta que desde el amanecer estaba esperando el tío Batiste».

Flor de mayo

Vicente Blasco Ibáñez



Camino de la pesca. Valencia. 1908

Joaquín Sorolla y Bastida

Óleo. 111 x 91

Colección privada

lunes, 15 de mayo de 2023

Batiste pasó la tarde tirando

«Batiste pasó la tarde tirando. En su faja quedaban ya pocos cartuchos, y a sus pies, como montón de plumas ensangrentadas, tenía hasta dos  docenas de pájaros. ¡La gran cena!... ¡Cómo se alegraría su familia!

Empezó a anochecer en el profundo barranco; de las charcas surgió un hálito hediondo, la respiración venenosa de la fiebre palúdica. Las ranas cantaban a miles, como si saludasen a las primeras estrellas, contentas de no oír ya los tiros que interrumpían su croqueo y las obligaba a arrojarse medrosamente de cabeza, rompiendo el terso cristal de los estanques putrefactos.

Recogió Batiste los manojos de pájaros, colgándolos de su faja, y con sólo dos saltos subió el ribazo, emprendiendo por las sendas el regreso a su barraca».

La barraca

Vicente Blasco Ibáñez



Barraca en la huerta de Valencia

Barberá Masip

Bivaldi

sábado, 13 de mayo de 2023

La festividad de la Virgen de los Desamparados según Blasco Ibáñez

«Desde las Pascuas que era grande la intimidad entre las dos familias; Juanito había oído hablar la noche anterior de cierto plan de esparcimiento matutino, como principio de fiesta, por ser los días de Amparito. Oirían la primera misa en la capilla de los Desamparados, porque a doña Manuela, como buena valenciana, le parecía que ninguna misa del resto del año valía tanto como aquélla y después tomarían chocolate en un huerto de fresas, bajo un toldo de plantas trepadoras, recreándose el olfato con el olor de los campos de flores y el humillo del espeso soconusco.

El día de la Virgen fue con Tónica y su amiga a la primera misa en la capilla de los Desamparados. Dentro del templo sonaba la música; la multitud, oprimida en la mezquina rotonda, esparcíase por la plaza hasta la fuente, adornada con un ridículo templete que parecía de confitería. Todos estaban en actitud reverente, sin ver otra cosa de la misa que las obscuras puertas, en cuyo fondo brillaban como chispas de oro las luces de los altares, sintiendo en sus descubiertas cabezas el vientecillo de primavera, semejante al halago de una mano invisible, tibia y olorosa. En esta confusión, cuando Juanito, sacando los codos, guardaba de empujones a las dos mujeres, vio a corta distancia a su familia y la del señor Cuadros».

Arroz y tartana

Vicente Blasco Ibáñez



Missa d'Infants

https://125aniversario.aguasdevalencia.es/portfolio/noticias/decada-1970/

jueves, 11 de mayo de 2023

Tirando a las golondrinas en el barranco de Carraixet

«Una tarde, tirando a las golondrinas en el barranco de Carraixet, le sorprendió el crepúsculo.

Los pájaros tejían con su inquieto vuelo una caprichosa contradanza, reflejada por las tranquilas charcas con orlas de juncos. Este barranco, que cortaba la huerta como una grieta profunda, sombrío, de aguas estancadas y putrefactas, con orillas fangosas, junto a las cuales se agitaba alguna piragua medio podrida, era de un aspecto desolado y salvaje. Nadie hubiera sospechado que detrás de los altos ribazos, más allá de los juncos y los cañares, estaba la vega, con su ambiente risueño y sus verdes perspectivas. Hasta la luz del sol parecía lúgubre bajando al fondo de este barranco, tamizada por una áspera vegetación y reflejándose pálidamente en las aguas muertas».

La barraca

Vicente Blasco Ibáñez



Ermita del Peixets

Todocolección



martes, 9 de mayo de 2023

El único que le hablaba era el tío Tomba

«El único que le hablaba era el tío Tomba, el pastor loco, que le reconocía con sus ojos sin luz, como si oliese en torno de Batiste el ambiente de la catástrofe. Y siempre lo mismo... ¿No quería abandonar las tierras malditas?

—Fas mal, fill meu; te portarán desgrasia (Haces mal, hijo mío; te traerán desgracia.)

Batiste acogía con una sonrisa la cantilena del viejo».

La barraca

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de RTVE "La barraca"

domingo, 7 de mayo de 2023

Sólo las madres sienten una ternura instintiva e inmensa por sus hijos

«Tonet, para explicarse esta frialdad, recordaba lo que muchas veces había oído a su abuelo. Sólo las madres sienten una ternura instintiva e inmensa por sus hijos desde el momento que nacen. Los padres no los aman en seguida: necesitan que transcurra el tiempo, y sólo cuando crece el pequeño se sienten unidos a él por un continuo contacto, con cariño reflexivo y grave».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



El primer hijo. 1890

Óleo. 48 x 65

Colección privada

Joaquín Sorolla y Bastida

viernes, 5 de mayo de 2023

El Jurado ordenaba una arrastrá, en la que tomaban parte todos los pescadores

«Además, al finalizar el invierno, cuando en los redolíns terminaban las grandes pescas, el Jurado ordenaba una arrastrá, en la que tomaban parte todos los pescadores de la Comunidad, juntando sus redes, sus barcas y sus brazos. Y esta empresa en común de todo un pueblo barría el fondo del lago con su gigantesco tejido de redes, y el producto de la enorme pesca se repartía entre todos por partes iguales. Así deben vivir los hombres, como hermanos, para no convertirse en fieras. Y el tío Paloma terminaba diciendo que por algo el Señor, cuando vino al mundo, predicaba en lagos que eran, poco más o menos, como la Albufera, y no se rodeaba de cultivadores de campos, sino de pescadores de tencas y anguilas».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



L'arrastrá de la llisa. 1920

L'Albufera

Subida por Pilar Martínez Olmos a VAHG

miércoles, 3 de mayo de 2023

El lago era de los pescadores. Todo de todos

«¡Y qué admirable organización la de la Comunidad del Palmar! El tío Paloma se entusiasmaba hablando de esta obra de los antiguos. El lago era de los pescadores. Todo de todos; no como en tierra firme, donde los hombres han inventado esas porquerías del reparto de la tierra, y la ponen límites y tapias, y dicen con orgullo «esto es tuyo y esto es mío», como si todo no fuese de Dios y como si al morir se pudieran poseer otros terrones que los que llenan la boca para siempre».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Pescadores de anguilas en La Albufera

http://vicenticoaa.blogspot.com/2014/08/valencia-albufera.html

lunes, 1 de mayo de 2023

Siempre serio y pronto para el trabajo

«Siempre serio y pronto para el trabajo, Tono no daba a su padre el más leve disgusto. El tío Paloma, que no podía pescar acompañado, pues al menor descuido se enfurecía e intentaba pegar al camarada, jamás reñía a su hijo, y cuando, entre bufidos de mal humor, intentaba darle una orden, ya el muchacho, adivinándola, había puesto manos a la obra.»

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



La Albufera

http://obesia.com/