jueves, 31 de diciembre de 2020
La Navidad según Blasco Ibáñez. 18
martes, 29 de diciembre de 2020
La Navidad según Blasco Ibáñez. 17
«La humeante sopera descansó en el centro de la mesa, con el cucharón de plata metido en las entrañas, y rápidamente se llenaron los platos. ¡Soberbia sopa! Flotaban en su superficie las lunas de grasa, y entre las rebanaditas de pan impregnadas de suculento líquido, los menudillos de la gallina, las tiernas yemas de color de ámbar y los negruzcos hígados, que se deshacían al entrar en la boca. Todos comían con apetito, especialmente don Juan, que, a pesar de su sobriedad de avaro, era un tragón terrible al entrar en mesa ajena
Vicente Blasco Ibáñez
domingo, 27 de diciembre de 2020
La Navidad según Blasco Ibáñez. 16
«Visanteta, insensible a las miradas agradecidas del ama y contestando a sus palabras con gruñidos, seguía trabajando. Abrió el armario del aparador y puso sobre la mesa los entremeses: pepinillos destilando vinagre, aceitunas grises mezcladas con salitrosas alcaparras, sardinas de Nantes con su casaquilla plateada, rodajas de salchichón finas y transparentes, y frescos rábanos de encendido ropaje y tiesos moñetes de hojas, todo en verdes pámpanos de porcelana».
Vicente Blasco Ibáñez
viernes, 25 de diciembre de 2020
La Navidad según Blasco Ibáñez. 15
«Allá fueron ellas, y al entrar vieron a Nelet el cochero en mangas de camisa, con un cuchillo en la mano, ocupado, con la gravedad de un sacrificador, en abrirle el gañote a un robusto capón que sostenía Visanteta por las patas. La otra criada de la casa, que la echaba de sensible y ejercía cerca de las señoritas las funciones de doncella, volvía la espalda al sacrificio y vigilaba las marmitas y cazuelas que hervían sobre los fogones del banco».
miércoles, 23 de diciembre de 2020
La Navidad según Blasco Ibáñez. 14
«El primer día del año, a las ocho de la mañana, Concha y Amparo ya habían abandonado el lecho, extraña diligencia en ellas, que por lo común no se levantaban hasta las diez.
Vicente Blasco Ibáñez
lunes, 21 de diciembre de 2020
La Navidad según Blasco Ibáñez. 13
«…entraron otra vez en el Trench, buscando los postres, la tiendecilla del turronero establecido en un portal.
sábado, 19 de diciembre de 2020
La Navidad según Blasco Ibáñez. 12
«Todavía faltaba lo más importante: el pavo, protagonista de la gastronómica fiesta; y la señora y su cochero, empujados rudamente por la corriente humana, atravesaron una profunda portada semejante a un túnel, viéndose en el _Clòt_, en la plaza Redonda, que parecía un circo con su doble fila de balcones.
jueves, 17 de diciembre de 2020
La Navidad según Blasco Ibáñez. 11
«Otra vez las compras; pero ahora fuera de la plaza, en la calle del Trench. Allí estaban las gallineras en sus mesas empavesadas de aves muertas colgando del pico, con la cresta desmayada, y cayéndoles como faldones de dorada casaca las rubias mantecas. Las salchicherías exhalaban por sus puertas acre olor de especias, con cortinajes de seca longaniza en los escaparates y filas de jamones tapizando las paredes; las tocinerías tenían el frontis adornado con pabellones de morcilla y la blanca manteca en palanganas de loza, formando puntiagudas pirámides de sorbetes, y los despachos de los atuneros exhibían los aplastados bacalaos que rezuman sal; las tortugas, que colgantes de un garfio patalean furiosas en el espacio, estirando fuera de la concha su cabeza de serpiente; las pintarrajeadas magras del atún fresco, y las ristras de colmillos de pez, amarillentos y puntiagudos, que las madres compran para la dentición de los niños».
Vicente Blasco Ibáñez
martes, 15 de diciembre de 2020
La Navidad según Blasco Ibáñez. 10
«La peregrinación prosiguió a lo largo de unas mesas en las cuales, bajo toldos de madera, estaban apiladas las frutas del tiempo: las manzanas amarillas con la transparencia lustrosa de la cera; las peras cenicientas y rugosas atadas en racimos y colgantes de los clavos; las naranjas doradas formando pirámides sobre un trozo de arpillera, y los melones mustios por una larga conservación, estrangulados por el cordel que los sostenía días antes de los costillares de la barraca, con la corteza blanducha, pero guardando en su interior la frescura de la nieve y la empalagosa dulzura de la miel. A un extremo del mercadillo, cerca del Repeso, los panaderos con sus mesas atestadas de libretas blancas y morenas, prolongadas unas, como barcos, y redondas y con festones otras, como bonetes de paje; y un poco más allá, los «tíos» de Elche mostrando sus enormes sombreros tras la celosía formada por los racimos de dátiles de un amarillo rabioso».
Frutería en el Mercado Central
https://www.elmundo.es/album/comunidad-valenciana/2014/01/19/52daeb6ee2704e4f538b4579_20.html
domingo, 13 de diciembre de 2020
La Navidad según Blasco Ibáñez. 09
Vicente Blasco Ibáñez
viernes, 11 de diciembre de 2020
La Navidad según Blasco Ibáñez. 08
«Andábase con dificultad, temiendo meter el pie en las esteras de esparto redondas y de altos bordes, en las cuales amontonábanse, formando pirámide, las lustrosas castañas de color chocolate y las avellanas, que exhalaban el acre perfume de los bosques. Las nueces lanzaban en sus sacos un alegre cloc-cloc cada vez que la mano del comprador las removía para apreciar su calidad; y un poco más adentro, como un tesoro difícil de guardar, estaba en pequeños sacos la aristocracia del casquijo, las bellotas dulzonas, atrayendo las miradas de los golosos».
Vicente Blasco Ibáñez
miércoles, 9 de diciembre de 2020
La Navidad según Blasco Ibáñez. 07
«Doña Manuela marchaba por el estrecho callejón que formaban las huertanas, sentadas en silletas de esparto, teniendo en el regazo la mugrienta balanza, y sobre los cestos, colocados boca abajo, las frescas verduras. Allí, los obscuros manojos de espinacas; las grandes coles, como rosas de blanca y rizada blonda encerradas en estuches de hojas; la escarola con tonos de marfil; los humildes nabos de color de tierra, erizados todavía de sutiles raíces semejantes a canas; los apios, cabelleras vegetales, guardando en sus frescas bucles el viento de los campos, y los rábanos, encendidos, destacándose como gotas de sangre sobre el mullido lecho de hortalizas. Más allá, filas de sacos mostrando por sus abiertas bocas las patatas de Aragón, de barnizada piel, y tras ellos los churros , cohibidos y humildes, esperando quien les compre la cosecha, arrancada a una tierra ingrata en fuerza de arañar todo un año sus entrañas sin jugo».
lunes, 7 de diciembre de 2020
La Navidad según Blasco Ibáñez. 06
«En este ancho espacio, que es para Valencia vientre y pulmón a un tiempo, el día de Nochebuena reinaba una agitación que hacía subir hasta más arriba de los tejados un sordo rumor de colosal avispero.
Vicente Blasco Ibáñez
sábado, 5 de diciembre de 2020
La Navidad según Blasco Ibáñez. 05
«Frente a la Lonja, el Principal, pobrísimo edificio, mezquino cuerpo de guardia, por cuya puerta pasea el centinela arma al brazo, con aire aburrido, rozando con su bayoneta a los soldados libres de servicio, que digieren el insípido rancho contemplando el oleaje de alimentos que se extiende por la plaza. Más allá, sobre el revoltijo de toldos, el tejado de cinc del mercadillo de las flores; a la derecha, las dos entradas de los pórticos del Mercado Nuevo, con las chatas columnas pintadas de amarillo rabioso; en el lado opuesto, la calle de las Mantas, como un portalón de galera antigua, empavesada con telas ondeantes y multicolores que las tiendas de ropas cuelgan como muestra de los altos balcones; en torno de la plaza, cortados por las bocacalles, grupos de estrechas fachadas, balcones aglomerados, paredes con rótulos, y en todos los pisos bajos, tiendas de comestibles, ropas, drogas y bebidas, luciendo en las puertas, como título del establecimiento, cuantos santos tiene la corte celestial y cuantos animales vulgares guarda la escala zoológica.»
jueves, 3 de diciembre de 2020
La Navidad según Blasco Ibáñez. 04
«¡Cómo estaba grabado en su memoria el aspecto de la plaza! La veía cerrando los ojos y podía ir describiéndola sin olvidar un solo detalle. Desde el lugar que ocupaba veía al frente la iglesia de los Santos Juanes, con su terraza de oxidadas barandillas, teniendo abajo, casi en los cimientos, las lóbregas y húmedas covachuelas donde los hojalateros establecen sus tiendas desde fecha remota. Arriba, la fachada de piedra lisa, amarillenta, carcomida, con un retablo de gastada es cultura, dos portadas vulgares, una fila de ventanas bajo el alero, santos berroqueños al nivel de los tejados, y como final, el campanil triangular con sus tres balconcillos, su reloj descolorido y descompuesto, rematado todo por la fina pirámide, a cuyo extremo, a guisa de veleta y posado sobre una esfera, gira pesadamente el pájaro fabuloso, el popular _pardalòt_ con su cola de abanico».
martes, 1 de diciembre de 2020
La Navidad según Blasco Ibáñez. 03
«Doña Manuela permaneció inmóvil algunos minutos en la bocacalle. Parecía mareada y confusa por el ruidoso oleaje de la multitud; pero en realidad, lo que más la turbaba eran los pensamientos que acudían a su memoria. Conocía bien la plaza; había pasado en ella una parte de su juventud, y cuando de tarde en tarde iba al Mercado por ser víspera de festividad en que se encendían todos los hornillos de su cocina, experimentaba la impresión del que tras un largo viaje por países extraños vuelve a su verdadera patria».
domingo, 29 de noviembre de 2020
La Navidad según Blasco Ibáñez. 02
«¡Gran Dios...! ¡cuánta gente! Valencia entera estaba allí. Todos los años ocurría lo mismo en el día de Nochebuena. Aquel mercado extraordinario, que se prolongaba hasta bien entrada la noche, resultaba una festividad ruidosa, la explosión de alegría y bullicio de un pueblo que entre montones de alimentos y aspirando el tufillo de las mil cosas que satisfacen la voracidad humana, regocijábase al pensar en los atracones del día siguiente. En aquella plaza larga, ligeramente arqueada y estrecha en sus extremos, como un intestino hinchado, amontonábanse las nubes de alimentos que habían de desparramarse como nutritiva lluvia sobre las mesas, satisfaciendo la gigantesca gula de la Navidad, fiesta gastronómica, que es como el estómago del año».
viernes, 27 de noviembre de 2020
La Navidad según Blasco Ibáñez. 01
«A las tres de la tarde entró doña Manuela en la plaza del Mercado, envuelto el airoso busto en un abrigo cuyos faldones casi llegaban al borde de la falda, cuidadosamente enguantada, con el limosnero al puño y velado el rostro por la tenue blonda de la mantilla.
Vicente Blasco Ibáñez
miércoles, 25 de noviembre de 2020
Ahora que es rica, venderá el pescado propio
«Ya era hora, ¡rediel! No le verían más como marinero ni patrón alquilado; sería amo de barca, y como distintivo de su rango plantaría a la puerta de su casa el mástil más alto que encontrase para secar en la punta sus redes.
Señores, sépanlo todos: el Retor hace una barca; Dolores la guapa, si va a la Pescadería ahora que es rica, venderá el pescado propio».
Flor de mayo
Vicente Blasco Ibáñez
lunes, 23 de noviembre de 2020
Y la gente de menor cuantía que estaba en San Agustín o San Miguel de los Reyes
«Salían a conversación todos los amigos que se hallaban ausentes por voluntad o por fuerza; el tío Tripa , que había muerto hecho un santo después de una vida de trueno; los Donsainers , huidos a Buenos Aires por unos golpes tan mal dados, que el asunto no se pudo arreglar ni aun mediando el mismo gobernador de la provincia; y la gente de menor cuantía que estaba en San Agustín o San Miguel de los Reyes, inocentones que se echaron a valientes sin contar antes con buenos protectores».
Guapeza valenciana
sábado, 21 de noviembre de 2020
Decidió invertir su capital en una barca
«Como consecuencia de estos razonamientos que por la noche rumiaba agitándose entre sábanas y molestando a su Dolores, a la que no dejaba de consultar, decidió invertir su capital en una barca; pero no una barca cualquiera, sino la mejor, si era posible, de todas cuantas se daban a la vela frente a la casa del bous».
Flor de mayo
Vicente Blasco Ibáñez
jueves, 19 de noviembre de 2020
Y se fué con su tío hacia el lejano Cabañal
«Y se fué con su tío hacia el lejano Cabañal, sin echar una última mirada a la infeliz Garbosa, que se quedaba allí pataleando, prisionera de la arena, recibiendo en su pecho los puñetazos del mar, sintiendo a cada empujón que se le desencuadernaba el cuerpo y salía flotando un pedazo de sus entrañas; muriendo sin gloria, en la obscuridad, tras una larga vida de trabajo, como el caballo viejo, abandonado en medio del camino, cuyo blanco esqueleto atrae el revoloteo de los cuervos».
Flor de mayo
Vicente Blasco Ibáñez
Martín Vidal Corella
Subida por Carlos Tárrega Momblanch a VAHG
martes, 17 de noviembre de 2020
El meloso socarraet, el bocado más exquisito de la paella
«Eran gente de buenas tragaderas, y pronto salió a luz el fondo de la sartén, viéndose, por los profundos agujeros que las cucharas de palo abrían en la masa de arroz, el meloso socarraet, el bocado más exquisito de la paella».
Guapeza valenciana