«Terminaba el verano y había que pensar seriamente en los preparativos de la pesca. Los dueños de los otros redolíns arreglaban ante sus casas las grandes redes para cerrar las acequias. El tío Paloma estaba impaciente. Los artefactos que poseía Cañamel, restos de su pasada asociación con otros pescadores, no bastaban para la Sequiota. Había que comprar mucho hilo, dar trabajo a muchas mujeres de las que tejían red, para explotar cumplidamente el redolí».
Cañas y barro
Vicente Blasco Ibáñez
Remendando las redes
El Palmar. 1950
Todocolección
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