miércoles, 30 de octubre de 2024

Corrió un poco al pasar por frente al cementerio de Valencia

«Corrió un poco al pasar por frente al cementerio de Valencia, por antojársele que a aquella hora podían salir los muertos a tomar el fresco, y cuando se vio lejos de la fúnebre plazoleta de palmeras, moderó su paso hasta ser éste un trotecillo menudo. 

¡Pobre Nelet! Marchaba como un explorador de misterioso territorio hacia aquella ciudad que, bañada por los primeros rayos del sol, recortaba su rojiza crestería de tejados y torres sobre un fondo de blanquecino azul».

El femater

Cuentos valencianos

Vicente Blasco Ibáñez



Cementerio General de Valencia

Paseo central. 1902

Todocolección

lunes, 28 de octubre de 2024

«Quiero que me entierren en el más modesto cementerio valenciano...»

«Quiero que me entierren en el más 
modesto cementerio valenciano, 
junto al Mare Nostrum que llenó de ideal mi espíritu, quiero que mi cuerpo se confunda con esta tierra de Valencia que es el amor de todos mis amores».

Vicente Blasco Ibáñez



Aspecto de la playa durante el discurso pronunciado por Blasco Ibáñez  en el acto de la inauguración del Asilo para los inválidos del mar

Cabañal. Valencia. 19 de febrero de 1911


sábado, 26 de octubre de 2024

Velaba calculando entre las nieblas del sueño las barcas de tierra que aún faltaban en sus campos

«El tío Tono nada sabía ni quería saber de la vida de su hijo. Se levantaba antes del alba y no volvía hasta la noche. Comía con la Borda, en la soledad de sus campos sumergidos, algunas sardinas y torta de maíz. Su lucha por crear nueva tierra le tenía en la pobreza, no permitiéndole mejores alimentos. Al volver a la barraca, cerrada ya la noche, se tendía en su camastro con los huesos doloridos, sumiéndose en el sopor del cansancio; pero su pensamiento velaba calculando entre las nieblas del sueño las barcas de tierra que aún faltaban en sus campos y las cantidades que debía satisfacer a los acreedores antes de considerarse dueño de unos arrozales creados con su sudor palmo a palmo».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de TVE "Cañas y barro"

jueves, 24 de octubre de 2024

Neleta, una copa…

«El tabernero acogía estos regalos con mugidos que revelaban una satisfacción muy relativa. ¿Cuándo dejaría quieta su escopeta? ¿No sentía frío en los carrizales? Ya que tan fuerte era, ¿por qué no ayudaba por las noches al abuelo en el trabajo del redolí? Pero el condenado acogía con risotadas las lamentaciones del enfermizo  tabernero, y se dirigía al mostrador.

—Neleta, una copa…».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de TVE "Cañas y barro"

martes, 22 de octubre de 2024

Tonet se empeñaba en que Cañamel lo hiciese disecar en Valencia

«Por la noche entraba en la taberna con aire de vencedor, arrojando en el suelo su cargamento de carne muerta envuelta en un arco iris de plumas. ¡Allí tenía el tío Paco materia para llenar el caldero! Se lo regalaba generosamente: al fin, la escopeta era suya.

Y cuando, de tarde en tarde, cazaba un flamenco, llamado bragat por la gente de la Albufera, con enormes patas, largo cuello, plumaje blanco y rosa y cierto aire misterioso, semejante al de los ibis de Egipto, Tonet se empeñaba en que Cañamel lo hiciese disecar en Valencia, para su dormitorio; un adorno elegante, pues por algo lo buscaban tanto los señores de la ciudad».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Los hermanos Benedito

domingo, 20 de octubre de 2024

Nadie del Palmar había cazado tanto

«Tonet, entusiasmado por el magnífico arreglo que el tío Paco tenía para la caza, consumía la provisión de cartuchos guardada en la taberna para los cazadores. Nadie del Palmar había cazado tanto. En los estrechos callejones de agua de las matas más cercanas al pueblo sonaba continuamente el escopetazo de Tonet, y la Centella, enardecida por el trabajo, chapoteaba en los carrizales».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



La Albufera. Caza de volátiles en el lago

Delcampe

viernes, 18 de octubre de 2024

Ahí tengo mi barca; ya sabes

«—Oye, Cupido; ahí tengo mi barca; ya sabes; la que mi padre encargó a Valencia para regalármela. Costillaje de acero; madera magnífica; más segura que un navío. Tú entiendes el río… más de una vez te he visto remar; yo no soy manco… ¿Vamos?

—Andando—dijo el barbero con resolución.

Buscaron una antorcha, y ayudados por varios mocetones, trajeron la barca de Rafael hasta una escalerilla de la ribera».

Entre naranjos

Vicente Blasco Ibáñez



Nazaret. Octubre de 1957

Las Provincias. Pérez Aparisi

Subida por Ramón Sánchez Castelló‎ a VAHG


miércoles, 16 de octubre de 2024

El agua subía con lentitud, amenazando a la ciudad

«— ¿Munta?… —preguntaban los que vivían en el interior.

— Sí que munta —contestaban los ribereños.

El agua subía con lentitud, amenazando a la ciudad que audazmente había echado raíces en medio de su curso. Pero a pesar del peligro, los vecinos no iban más allá de una alarmada curiosidad. Nadie sentía miedo ni abandonaba su casa para pasar los puentes, buscando un refugio en tierra firme. ¿Para qué? Aquella inundación sería como todas. Era inevitable de vez en cuando la cólera del río: hasta había que agradecerla, pues constituía diversión inesperada; una agradable paralización de trabajo. La confianza moruna daba tranquilidad a la gente. Lo mismo había hecho en tiempo de sus padres, de sus abuelos y tatarabuelos, y nunca se llevó la población: algunas casas la vez que más. ¿Y había de sobrevenir ahora la catástrofe?…».

Entre naranjos

Vicente Blasco Ibáñez



Riada de 1957. Cauce del Turia

lunes, 14 de octubre de 2024

La escopeta del tío Paco era la mejor del Palmar: un arma de rico

«Cuando Tonet se cansaba de estar en la taberna días enteros, sentado junto a Neleta, con la expresión de un gozquecillo que espera el momento propicio para sus caricias, cogía la escopeta y la perra de Cañamel y se iba a los carrizales. La escopeta del tío Paco era la mejor del Palmar: un arma de rico, que Tonet consideraba como suya, y con la que rara vez marraba el golpe. La perra era la famosa Centella, conocida en todo el lago por su olfato. No había pieza que se le escapara, por espeso que fuera el carrizal, buceando como una nutria para sacar del fondo de los hierbajos acuáticos el pájaro herido».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Caza en La Albufera

sábado, 12 de octubre de 2024

Los calafates agitábanse mazo en mano

«Los calafates agitábanse mazo en mano en torno de un esqueleto de madera nueva, que parecía de lejos la osamenta de un monstruo prehistórico».

Flor de mayo

Vicente Blasco Ibáñez



Construyendo la réplica de la Santa María

Levante EMV. 19 de septiembre de 1989


jueves, 10 de octubre de 2024

El mejor día va a apoderarse hasta de mi cama, decía el tabernero

«El mejor día va a apoderarse hasta de mi cama, decía el tabernero quejándose a su Neleta. Y el infeliz no sabía leer en aquellos ojos, no veía una sonrisa diabólica en la mirada de malicia con que acogía ella tal suposición».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de TVE "Cañas y barro"

martes, 8 de octubre de 2024

Porque lo que se escribe sobre el pasado de Valencia tiene un valor enorme para la gente intelectual

«Si Valencia, si el Ayuntamiento nos da el Palacio Municipal, que nos lo dará, y todos trabajamos llenos de entusiasmo, sobre todo la juventud, todas estas asociaciones y, sobre todo, el Centro de Cultura Valenciana que tomase esto bajo su dirección, podemos hacer una obra magnífica. 


Y esto sería más hermoso que cuanto pudiéramos escribir sobre el pasado de Valencia. Porque lo que se escribe sobre el pasado de Valencia tiene un valor enorme para la gente intelectual; pero este Museo nuestro tendría la fuerza que tiene toda representación plástica, porque interesaría no solamente a personas ilustradas, sino a todos los ignorantes. 

La gente sencilla consideraría el Museo de Valencia como una especie de Partenón porque guardaba todas las glorias de nuestra raza, todo nuestro pasado y todo nuestro presente artístico».

Valencia y lo valenciano

Fragmento del discurso pronunciado por Don Vicente Blasco Ibáñez en Valencia el 16 de mayo de 1921, en agradecimiento por el nombramiento de Director Honoris Causa del Centro de Cultura Valenciana


Palacio Municipal de la Exposición Regional

Archivo de Rafael Solaz



El tema del proyectado Museo de Folklore de Valencia idea que expuso con anterioridad el novelista Blasco Ibañez fue tambien utilizado por el artista Luis Debón para la falla de la plaza de la Merced en 1933

Cortesía de José Navarro Escrich




Museu d'Etnografia i Folklore de València

Nuevo Mundo. 12 de agosto de 1932




domingo, 6 de octubre de 2024

Mientras tanto, Tonet, viviendo en la taberna como si fuese suya

«¡Qué suerte la de aquel bigardo! El miedo a perder la Sequiota era lo único que contenía al tío Paco. Mientras tanto, Tonet, viviendo en la taberna como si fuese suya, engordaba sumido en aquella felicidad de tener satisfechos todos sus deseos con sólo tender la mano. Se comía lo mejor de la casa, llenaba su vaso en todos los toneles, grandes y pequeños, y alguna vez, con loco y repentino impulso, como para afirmar más su posesión, se permitía la audacia de acariciar a Neleta por debajo del mostrador, en presencia de Cañamel y estando a cuatro pasos los parroquianos, entre los cuales había algunos que no les perdían de vista».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de TVE "Cañas y barro"

viernes, 4 de octubre de 2024

El tío Paloma se bastaba para llevar adelante el negocio

«Era cierto que el tío Paloma se bastaba para llevar adelante el negocio: nunca había trabajado con tanto entusiasmo como al verse dueño de la Sequiota; pero ¡qué demonio! el trato era trato, y a Cañamel le parecía que el muchacho le robaba algo viéndolo tan satisfecho de la vida y despegado por completo de su negocio».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de TVE "Cañas y barro"

miércoles, 2 de octubre de 2024

No gustaba del esfuerzo que había que hacer para tirar de las redes pesadas y repletas

«Había prometido su dinero y lo había dado: suyas eran todas las redes, aparejos y bolsas de malla, que podían formar un montón tan grande como la taberna. Pero Tonet prometió ayudarle con su trabajo, y podía decirse que aún no había cogido una anguila con sus pecadoras manos.

Las primeras noches fue al redolí, y sentado en la barca, con el cigarro en la boca, veía cómo su abuelo y los pescadores a sueldo vaciaban en la obscuridad las grandes bolsas, llenando de anguilas y tencas el fondo de la embarcación. Después, ni esto. Le molestaban las noches obscuras y tempestuosas, en las que el agua está movida y se realizan las grandes pescas; no gustaba del esfuerzo que había que hacer para tirar de las redes pesadas y repletas; le causaba cierta repugnancia la viscosidad de las anguilas escurriéndose entre las manos, y prefería quedarse en la taberna o dormir en su barraca».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



El Palmar. Años 60

Miguel Ángel López-Egea