viernes, 31 de octubre de 2025

Corrió un poco al pasar por frente al cementerio de Valencia

«Corrió un poco al pasar por frente al cementerio de Valencia, por antojársele que a aquella hora podían salir los muertos a tomar el fresco, y cuando se vio lejos de la fúnebre plazoleta de palmeras, moderó su paso hasta ser éste un trotecillo menudo. 

¡Pobre Nelet! Marchaba como un explorador de misterioso territorio hacia aquella ciudad que, bañada por los primeros rayos del sol, recortaba su rojiza crestería de tejados y torres sobre un fondo de blanquecino azul».

El femater

Cuentos valencianos

Vicente Blasco Ibáñez



Cementerio General de Valencia. Finales del XIX

Antoni Esplugas i Puig

https://arxiusenlinia.cultura.gencat.cat/

miércoles, 29 de octubre de 2025

Se permitiría alguna ligera sucaeta, para entretener el tiempo

«No le había engañado Tonet al hablar de lo bien que se trataba el parroquiano. ¡Gracias, don Joaquín! Ya que era tan bueno y le invitaba a mojar, se permitiría alguna ligera sucaeta, para entretener el tiempo. Una mojadita nada más.

Y alejándose del puesto, se situó al alcance de la voz del cazador, encogiéndose después en el fondo del barquito».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de TVE "Cañas y barro"

lunes, 27 de octubre de 2025

Y señalaba tres enormes pucheros cuidadosamente tapados

«El vagabundo hablaba con tanta humildad y mostraba tales deseos de ser útil, que el bondadoso cazador sintió desvanecerse su enfado por las torpezas anteriores. Estaba bien; él le llamaría tan pronto como tumbase un pájaro. Para no aburrirse durante la espera, podía ir dando alguna mojada en los guisos de sus provisiones. La señora le había pertrechado con tanta abundancia como si fuese a dar la vuelta al mundo.

Y señalaba tres enormes pucheros cuidadosamente tapados, a más de abundantes panes, una cesta de fruta y una gran bota de vino. El hocico de Sangonera tembló de emoción viendo confiado a su prudencia aquel tesoro que venía tentándole en la proa desde la noche anterior».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de TVE "Cañas y barro"

sábado, 25 de octubre de 2025

El día comenzó con grandes contrariedades para el cazador confiado a la pericia de Sangonera

«El día comenzó con grandes contrariedades para el cazador confiado a la pericia de Sangonera.

Antes de amanecer, al clavar el puesto, el prudente burgués tuvo que implorar el auxilio de algunos barqueros, que rieron mucho viendo el nuevo oficio del vagabundo.

Con la presteza de la costumbre, clavaron tres estacas en el fondo fangoso de la Albufera y colocaron, apoyado en ellas, el enorme tanque que había de servir de refugio al cazador. Después rodearon de cañas el puesto, para engañar a las aves y que se acercaran confiadas, creyendo que era un pedazo de carrizal en medio del agua. Para ayudar a este engaño, en torno del puesto flotaban los bots: unas cuantas docenas de patos y fúlicas esculpidos en corcho, que, con las ondulaciones del lago, movíanse a flor de agua. De lejos causaban la impresión de una manada de pájaros nadando tranquilamente cerca de las cañas».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de TVE "Cañas y barro"

jueves, 23 de octubre de 2025

El paquete desapareció entre el crujido de las cañas

«Huía sin saber de quién, como si sus criminales pensamientos bogasen a su espalda persiguiéndolo. Se inclinó varias veces sobre el barquito, tendiendo una mano a aquel envoltorio de trapos del que salían furiosos chillidos, y la retiró inmediatamente. Pero al enredarse la barca en unas raíces, el miserable, como si quisiera aligerar la embarcación de un lastre inmenso, cogió el envoltorio y lo arrojó con fuerza, por encima de su cabeza, más allá de los carrizos que le rodeaban.

El paquete desapareció entre el crujido de las cañas. Los harapos se agitaron un instante en la penumbra del amanecer, como las alas de un pájaro blanco que cayese muerto en la misteriosa profundidad del carrizal».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de TVE "Cañas y barro"

martes, 21 de octubre de 2025

Lanzó su barquito por dentro de los carrizales

«El miedo a ser reconocido le hizo ponerse de pie, empuñando la percha. En sus ojos lucía una punta de fuego, semejante a la que iluminaba algunas veces la verde mirada de Neleta.

Lanzó su barquito por dentro de los carrizales, siguiendo los tortuosos callejones de agua abiertos entre las cañas. Iba a la ventura, pasando de una mata a otra, sin saber ciertamente dónde se encontraba, redoblando sus esfuerzos como si alguien le persiguiese. La proa del barquito separaba los carrizos, rompiéndolos. Se abrían las altas hierbas para dar paso a la embarcación, y los locos impulsos de la percha la hacían deslizarse por sitios casi en seco, sobre las apretadas raíces de las cañas, que formaban espesas madejas».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de TVE "Cañas y barro"

domingo, 19 de octubre de 2025

¡Él no podía más!

«Tonet nada dijo, pero sus fuerzas le abandonaron para seguir el viaje, y se sentó en un extremo del barquito, soltando la percha. Quería permanecer allí, aunque le sorprendiese el amanecer. Tenía miedo a continuar, y se abandonaba, con el anonadamiento del rezagado que se arroja al suelo sabiendo que va a morir. Reconocíase impotente para cumplir su promesa. ¡Qué le sorprendiesen, que todos se enteraran de lo ocurrido, que Neleta perdiese su herencia…! ¡Él no podía más!».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de TVE "Cañas y barro"

viernes, 17 de octubre de 2025

Pero aquella noche la Albufera estaba poblada

«Aun en el mismo lago crecía por momentos el peligro. Otras veces podía navegarse de una orilla a otra sin encontrar a nadie; pero aquella noche la Albufera estaba poblada. En cada mata, en cada replaza, notábase el trabajo de hombres invisibles, los preparativos de la tirada.

Todo un pueblo iba y venía en la obscuridad sobre los negros barquitos. En el silencio de la Albufera, que transmitía los ruidos a prodigiosas distancias, sonaban los mazos clavando las estacas de los puestos de los cazadores, y como rojas estrellas brillaban a flor de agua los manojos de inflamadas hierbas, a cuya luz terminaban sus preparativos los barqueros. ¿Cómo seguir adelante, entre gentes que le conocían, acompañado por el lloro del recién nacido, lamento incomprensible en medio del lago? Cruzóse con una barca que pasó a larga distancia, pero al alcance de la voz. Sin duda se habían extrañado de aquel llanto.

—Compañero —gritó una voz lejana—, ¿qué pòrtes ahí?».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



La Albufera

?

miércoles, 15 de octubre de 2025

El agua subía con lentitud, amenazando a la ciudad

 «— ¿Munta?… —preguntaban los que vivían en el interior.

— Sí que munta —contestaban los ribereños.

El agua subía con lentitud, amenazando a la ciudad que audazmente había echado raíces en medio de su curso. Pero a pesar del peligro, los vecinos no iban más allá de una alarmada curiosidad. Nadie sentía miedo ni abandonaba su casa para pasar los puentes, buscando un refugio en tierra firme. ¿Para qué? Aquella inundación sería como todas. Era inevitable de vez en cuando la cólera del río: hasta había que agradecerla, pues constituía diversión inesperada; una agradable paralización de trabajo. La confianza moruna daba tranquilidad a la gente. Lo mismo había hecho en tiempo de sus padres, de sus abuelos y tatarabuelos, y nunca se llevó la población: algunas casas la vez que más. ¿Y había de sobrevenir ahora la catástrofe?…».

Entre naranjos

Vicente Blasco Ibáñez



Riada de 1957. Cauce del Turia

http://www.ofmval.org/

lunes, 13 de octubre de 2025

Donde se abandona a los niños como un fardo enojoso

«Tonet veía ante él un camino interminable, infinito, y sentía que las fuerzas le abandonaban. Nunca llegaría a las calles de la ciudad, desiertas al amanecer, a los portales de las iglesias, donde se abandona a los niños como un fardo enojoso. Era fácil desde el Palmar, en la soledad silenciosa del dormitorio, decir: "Tonet, haz esto"; pero la realidad se encargaba después de ponerse delante con sus obstáculos infranqueables».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Torno y puerta del Hospital. 1964

Calle de Quevedo

Subida por Elisa Ortiz a VAHG

sábado, 11 de octubre de 2025

¡Y aquel llanto desesperado, escandaloso, que cada vez era más fuerte...!

«Ya estaba lejos del Palmar, pero aún le faltaba más de una hora para llegar al Saler. De allí a la ciudad, otras dos horas largas de camino. Tonet miró al cielo: debían ser las tres. Antes de dos horas surgiría el alba y el sol estaría ya en el horizonte cuando llegase él a Valencia. Además, pensaba con terror en la larga marcha por la huerta de Ruzafa, vigilada siempre por la Guardia Civil; en la entrada en la ciudad bajo la mirada de los del resguardo de Consumos, que querrían examinar el paquete que llevaba bajo el brazo; en las gentes que se levantaban antes del amanecer y le encontrarían en el camino, reconociéndolo. ¡Y aquel llanto desesperado, escandaloso, que cada vez era más fuerte y constituía un peligro aun en medio de la soledad de la Albufera…!».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de TVE "Cañas y barro"

jueves, 9 de octubre de 2025

Esa virginidad que tendrá la novela valenciana que escribí con grandísimo entusiasmo

«Y puedo deciros que la novela valenciana es la que he hecho con más entusiasmo, porque al mismo tiempo que hacía vivir al artista, había en torno a mí algo, un ambiente de familia, algo sincero e íntimo que debo confesar no he encontrado cuando hacía otras novelas, otras novelas que he hecho con más maestría, con lo que llaman los franceses métier, conociendo mejor mi oficio, no con la inexperiencia de cuando joven, pero que no tendrán la frescura, esa virginidad que tendrá la novela valenciana que escribí con grandísimo entusiasmo».

Valencia y lo valenciano

Fragmento del discurso pronunciado por Don Vicente Blasco Ibáñez en Valencia el 16 de mayo de 1921, en agradecimiento por el nombramiento de Director Honoris Causa del Centro de Cultura Valenciana



Homenaje a "La barraca"

Calle de La barraca

Semana de homenaje a Blasco Ibáñez. Mayo 1921





martes, 7 de octubre de 2025

Perchaba furiosamente, como espoleado por los lloros del recién nacido

«Arrojó en el fondo de su barquito el paquete de ropas, del cual comenzó a salir un llanto desesperado, rabioso, y cogiendo la percha, pasó el canal con una velocidad loca. Perchaba furiosamente, como espoleado por los lloros del recién nacido, temiendo ver iluminadas las ventanas de las casas y que las sombras de los curiosos le preguntasen adónde iba.

Pronto dejó atrás las viviendas silenciosas del Palmar y salió a la Albufera.

La calma del lago, la penumbra de una noche tranquila y estrellada, pareció darle valor. Arriba el azul obscuro del cielo; abajo el azul blanquecino del agua, conmovido por estremecimientos misteriosos que hacían temblar en su fondo el reflejo de las estrellas. Chillaban los pájaros en los carrizales y susurraba el agua con el coleteo de los peces persiguiéndose. De vez en cuando confundíase con estos rumores el llanto rabioso del recién nacido».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de TVE "Cañas y barro"

domingo, 5 de octubre de 2025

—¡Tonet… en seguida… empòrtatelo!

«La tía, temblando, con la cabeza perdida, sin darse cuenta de sus actos, presentaba a Tonet un envoltorio de ropas, dentro del cual se revolvía un pequeño ser, sucio, maloliente, con la carne amoratada.

Neleta, al ver próximo a ella al recién nacido, hizo un gesto de terror. ¡No quería verlo: temía mirarlo! Se tenía miedo a sí misma, segura de que si fijaba un instante la vista en él, renacería la madre y le faltaría valor para dejar que se lo llevasen.

—¡Tonet… en seguida… empòrtatelo!

El Cubano dio sus instrucciones rápidamente a la vieja y bajó para despedirse de los labradores, que ya dormían. Fuera de la taberna, por la parte del canal, la vieja le entregó el animado paquete a través de una ventana del piso bajo».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de TVE "Cañas y barro"


viernes, 3 de octubre de 2025

Lo más difícil había pasado ya: ahora le tocaba a él. A ver si mostraba coraje

«Y siguieron hablando, sin prestar atención a los pasos de la vieja que iban de un lado a otro apresuradamente, haciendo temblar el techo. Pasada media hora, cuando Tonet creyó que todos habían olvidado el incidente, volvió a subir al dormitorio. Algunos labradores cabeceaban, dominados por el sueño.

Arriba vio a Neleta tendida en el lecho, blanca, pálida, inmóvil, sin más vida que el brillo de sus ojos.

—¡Tonet… Tonet! —dijo débilmente.

El amante adivinó en su voz y en su mirada todo lo que quería decirle. Era una orden, un mandato inflexible. La fiera resolución que tantas veces había asustado a Tonet volvía a reaparecer en plena debilidad, después de la crisis anonadadora. Neleta habló lentamente, con una voz débil como un suspiro lejano. Lo más difícil había pasado ya: ahora le tocaba a él. A ver si mostraba coraje».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de TVE "Cañas y barro"

miércoles, 1 de octubre de 2025

La vio en camisa, pálida, las facciones desencajadas, oprimiéndose los riñones con ambas manos

«La vio en camisa, pálida, las facciones desencajadas, oprimiéndose los riñones con ambas manos y con una expresión de locura en los ojos. El dolor la hacía olvidar la prudencia, y lanzaba rugidos que asustaban a su tía.

—¡Te van a oír! —exclamaba la vieja.

Neleta, sobreponiéndose al sufrimiento, se ponía los puños en la boca o mordía las ropas de su cama para ahogar los gemidos.

Por consejo de ella, Tonet bajó a la taberna. Nada había de remediar permaneciendo arriba. Acompañando a aquellos hombres, distrayéndolos con su conversación, podía impedir que oyesen algo que les infundiera sospechas.

Tonet pasó más de una hora calentándose en el rescoldo de la chimenea, hablando con los labradores de la pasada cosecha y de las magníficas tiradas que se preparaban. Hubo un momento en que se cortó la conversación. Todos oyeron un grito desgarrado, salvaje: un chillido semejante al de una persona asesinada. Pero la impasibilidad de Tonet los tranquilizó.

—L’ama está un pòc mala —dijo».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de TVE "Cañas y barro"