«Tonet veía ante él un camino interminable, infinito, y sentía que las fuerzas le abandonaban. Nunca llegaría a las calles de la ciudad, desiertas al amanecer, a los portales de las iglesias, donde se abandona a los niños como un fardo enojoso. Era fácil desde el Palmar, en la soledad silenciosa del dormitorio, decir: "Tonet, haz esto"; pero la realidad se encargaba después de ponerse delante con sus obstáculos infranqueables».
Cañas y barro
Vicente Blasco Ibáñez
Torno y puerta del Hospital. 1964
Calle de Quevedo
Subida por Elisa Ortiz a VAHG
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