«Las lenguas de fuego comenzaban a salir del interior de la falla, lamiendo la ropa de los monigotes.
-¡Bravooo...! ¡Vítooor!
Nadie pensaba que aquello era madera y cartón. El entusiasmo les hacía feroces; creían que era el mismo gobierno lo que quemaban al son de la Marsellesa , y los industriales soñaban despiertos en la rebaja de la contribución; los de las blusas blancas en la supresión de los Consumos y el impuesto sobre el vino, y las mujeres, enternecidas y casi llorosas, en que acabarían para siempre las quintas. »
Arroz y tartana
Vicente Blasco Ibáñez
Todocolección
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