sábado, 2 de diciembre de 2017

Las novelas regionales. 12

«La atención del lector, sin embargo, propende inconscientemente a olvidar la epopeya grandiosa de Toni para fijarse en los amores adulterinos de Neleta con Tonet el Cubano . Cañamel ha muerto, Neleta se halla encinta de su amante y es indispensable que el niño desaparezca, pues, de lo contrario, la viuda, por su proceder liviano, perdería su derecho a heredar al difunto, según éste lo determinó en su testamento. En aquella desalmada mujer la codicia es más fuerte que el instinto maternal, y el recién nacido es inmolado sin piedad; su mismo padre lo sacrifica: le llevaba en su lancha, y de pronto, asiéndole con ambas manos, le arrojó violentamente lejos de sí, «como si quisiera aligerar la embarcación de un lastre inmenso». Y más tarde, cuando el Cubano , horrorizado de su crimen, se suicida, Toni, su padre, enterado por el tío Paloma de lo ocurrido, le inhuma secretamente. ¿Dónde? En su charca. La Borda , su hija adoptiva, le ayudó en esta operación macabra. Amanecía y las primeras luces matutinas daban al lago la tonalidad gris de una lámina inmensa de acero. Cogieron entre los dos el cadáver y le descendieron a la fosa cuidadosamente, «como si fuese un enfermo que podía despertar». El sepelio concluyó. ¡Pobre Toni! «Su vida estaba terminada». ¿Cómo dar idea de su dolor lacerante, infinito?... «Hería con sus pies aquella tierra que guardaba la esencia de su vida. Primero la había dedicado su sudor, su fuerza, sus ilusiones; ahora, cuando había que abonarla, la entregaba sus propias entrañas, el hijo, el sucesor, la esperanza, dando por terminada su obra.»

Mis contemporáneos

Eduardo Zamacois


Fotograma de la serie de RTVE "Cañas y barro". 1978

Aquí podéis ver la serie:


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