lunes, 4 de diciembre de 2017

Las novelas regionales. Y 13

«La crítica creyó ver en este final prodigioso un "efectismo"; algo muy bello, sí, pero artificiosamente preparado desde el principio de la obra. No hay tal. Yo quiero hacer constar que ese desenlace fue una "improvisación". Blasco Ibáñez, apenas salió de la Albufera donde, para estudiarla de cerca, acababa de pasar ocho o diez días pescando y durmiendo al raso en el fondo de una barca, empezó a escribir su novela sin saber aún cómo la concluiría. Comenzaba la estación otoñal. Muchas noches, desde un balcón de su finca de la Malvarrosa, Blasco miraba al mar tranquilo, susurrante, plateado por la luna, mientras tarareaba la "Marcha Fúnebre" de Sigfrido . Entretanto, meditaba el último capítulo de su libro. De pronto "lo vio"; fue una emoción tan eficaz que casi la sintió en los ojos; acababa de sugerírselo el recuerdo del cadáver del héroe wagneriano, tendido sobre su escudo y llevado por sus guerreros...

¿Y por qué no había de ser así, según el novelista lo explica? 

No olvidemos que para Vicente Blasco Ibáñez, fácil más que ningún otro artista a las emboscadas de la impresión, "el arte es instinto"».


Fotograma de la serie de RTVE "Cañas y barro". 1978

Aquí podéis ver la serie:

http://www.rtve.es/alacarta/videos/canas-y-barro/

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