lunes, 29 de mayo de 2017

Con aquella dulzaina vieja, resquebrajada

«Y él, con los carrillos hinchados, la mirada vaga perdida en lo alto y resoplando sin cesar en la picuda dulzaina, acogía la rústica ovación con la indiferencia de un ídolo. 

Era popular y compartía la general admiración con aquella dulzaina vieja, resquebrajada, la eterna compañera de sus correrías, la que, cuando no rodaba en los pajares o bajo las mesas de las tabernas, aparecía siempre cruzada bajo el sobaco, como si fuera un nuevo miembro creado por la Naturaleza en un acceso de filarmonía».

Cuentos valencianos. Dimoni

Vicente Blasco Ibáñez


Dolçainer. 1929

Vicente Martínez Sanz (con permiso expreso de la familia)

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