martes, 2 de mayo de 2017

Que volvían de misa con el devocionario en la mano

«El Mercado le atraía los domingos en las primeras horas de la mañana, e iba a lucir sus arreos entre los puestos de las floristas. Allí permanecía confundido en el grupo de curiosos que atisbaban las caras hermosas, y lo mismo abrían paso a las señoritas que volvían de misa con el devocionario en la mano, que echaban piropos a las criadas emperejiladas, que, doblándose al peso de las cestas, metíanse entre la varonil barrera para comprar un mazo de flores.»

Arroz y tartana

Vicente Blasco Ibáñez


Plaza del Mercado. 1905

http://juanansoler.blogspot.com.es/



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