domingo, 6 de mayo de 2018

Cansada de oirle su madre, que tenía el genio pronto y la mano dura

«Un día Vicentet se negó a comer; no tenía apetito, no le gustaba el almuerzo. Cansada de oirle su madre, que tenía el genio pronto y la mano dura, fuése a él y, asiéndole por los cabezones, le propinó una azotaina memorable. Aquel dolor físico, lejos de abatir al muchacho, le serenó, despertó su hambre y le permitió comer perfectamente. Yo veo compendiada en esta sencilla anécdota infantil toda la psicología del futuro artista: voluntad sin miedo, para quien el esfuerzo rudo y los vaivenes de la pelea habían de ser más tarde motivos de pasatiempo y regocijo».

Mis contemporáneos

Eduardo Zamacois


Ramona Ibáñez Martínez

http://elargonautavalenciano.blogspot.com.es/2016/01/la-familia-blasco-ibanez-1867.html


Ramona Ibáñez Martínez

http://casamuseoblascoibanez.com/

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