«Y con una atención de padre que cuenta las toses y pulsaciones del hijo enfermo, atendía a los crujidos dolorosos de la vieja Garbosa como si los quejidos se los arrancase a él el dolor, y miraba a lo alto, a la punta de la vela, gigantesca sábana cóncava que, vista desde abajo, parecía rasgar con su punta el cielo, aquella bóveda de raso apolillado, por cuyos innumerables agujeros escapábase con vivo parpadeo el resplandor de lo infinito».
Flor de mayo
Vicente Blasco Ibáñez
Barcas a la mar. 1904
Joaquín Sorolla y Bastida
Óleo. 44 x 54
Museo Sorolla
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