«Todas las miradas estaban fijas en Dimoni y su dulzaina.
—¡La abuela! ¡Fes l'agüela!
Y Dimoni, sin pestañear, como si no hubiera oído la petición general, comenzaba a imitar con su dulzaina el gangoso diálogo de dos viejas con tan grotescas inflexiones, con pausas tan oportunas, con escapes de voz tan chillones, que una carcajada brutal e interminable conmovía la taberna, despertando a las caballerías del inmediato corral, que unían a la barahúnda sus agudos relinchos».
Cuentos valencianos
Vicente Blasco Ibáñez
Establo del Parador-Posada del Ángel
Revista Valencia Atracción. Diciembre de 1930
Subida por César CaminArt a VAHG
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