«El más infeliz era el Groguet , un muchacho paliducho y débil por el excesivo crecimiento y sin energías para protestar. Cargaba con los enormes cubos, y, agobiado bajo su peso, subía la interminable escalera, pensando en el tiempo feliz en que tenía por casa toda la ciudad, durmiendo en verano sobre los cuévanos del mercado y apelotonándose en invierno en el quicio del respiradero de alguna cuadra».
La corrección
Cuentos valencianos
Vicente Blasco Ibáñez
Plaza del Mercado
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