lunes, 12 de octubre de 2020

Y comenzaba la agitación, la diaria vida en el edificio antes muerto

«A las cinco la corneta de la cárcel lanzaba en el patio su escandalosa diana, compuesta de sonidos discordantes y chillones, que repetían como poderoso eco las cuadras silenciosas, cuyo suelo parecía enladrillado con carne humana. 

Levantábanse de las almohadas trescientas caras soñolientas, sonaba un verdadero concierto de bostezos, caían arrolladas las mugrientas mantas, dilatábanse con brutal desperezamiento los robustos e inactivos brazos, liábanse los tísicos colchones conocidos por petates en el mísero antro, y comenzaba la agitación, la diaria vida en el edificio antes muerto».

La corrección

Cuentos valencianos

Vicente Blasco Ibáñez 

 
Claustro del Convento de san Agustín
 
Tras la desamortización de 1836, se convirtió en prisión

VAHG

 

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