«Y por más que se resistió, tuvo que seguir el camino de aquel huerto del que tantos recuerdos guardaba; y entre las faldas rameadas y coloridas como la primavera, los pañuelos de seda brillantes y los reflejos tornasolados de la pana y el terciopelo, causaba un efecto lastimoso el suelto manteo y aquel desmayado sombrero de teja que avanzaba con lentitud, como si en vez de cubrir un cuerpo vigoroso y exuberante de vida fuesen los de un viejo achacoso».
Noche de bodas
Cuentos valencianos
Vicente Blasco Ibáñez
Camino Vecina ?
Todocolección
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