«Y después de devorar la cena, cuando apenas quedaba vino en los porrones, el tío Paloma contemplaba al nieto dormido entre sus rodillas y se lo mostraba a los amigos. Aquel pequeño sería un verdadero hijo de la Albufera. Su educación corría a cargo suyo, para que no siguiese los malos caminos del padre. Manejaría la escopeta con asombrosa habilidad, conocería el fondo del lago como una anguila, y cuando el abuelo muriese, todos los que vinieran a cazar encontrarían la barca de otro Paloma, pero remozado, tal como era él cuando la misma reina venía a sentarse en su barquito riendo sus chuscadas».
Cañas y barro
Vicente Blasco Ibáñez
La Albufera
?
No hay comentarios:
Publicar un comentario