«Era un fraile de aquí cerca, del convento de San Miguel de los Reyes; el padre Salvador, muy apreciado de todos por lo listo y campechano.
Yo no lo he conocido, pero mi abuelo aún se acordaba de haberlo visto cuando visitaba a su madre y con las manos cruzadas sobre la panza esperaba el chocolate a la puerta de la barraca. ¡Qué hombre! Pesaba sus diez arrobas; cuando le hacían hábito nuevo, entraba en él toda una pieza de paño; visitaba al día once o doce casas, tragándose en cada una sus dos onzas de chocolate, y cuando la madre de mi abuelo le preguntaba;
—¿Qué le gusta más, padre Salvador : unos huevecitos con patatas o unas longanizas de la conserva?
El contestaba con una voz que parecía ronquido:
—Todo mezclado; todo mezclado».
En la puerta del cielo (cuento de la huerta)
Cuentos valencianos
Vicente Blasco Ibáñez
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