«En la tripulación figuraba un marinero, al que el Retor oía como un vetusto oráculo: el tío Batiste, el pescador más viejo de todo el Cabañal; setenta años de vida de mar, encerrados en un armazón de pergamino curtido, que salían por la negra boca oliendo a tabaco malo, en forma de consejos prácticos y de marítimas profecías. Lo había enganchado el patrón, no por lo que pudiera ayudar a la maniobra con sus débiles brazos, sino por el exacto conocimiento que tenía de la costa».
Flor de mayo
Vicente Blasco Ibáñez
Viejo pescador valenciano. 1907
Joaquín Sorolla y Bastida
Óleo. 81 x 101
Colección privada
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