miércoles, 27 de noviembre de 2024

Después venía el ú y el dos, baile más vivo, animado por coplas

«Grandes hachones de cera, que servían en la iglesia para los entierros, iluminaban la plaza. Dimoni tocaba con su dulzaina las antiguas contradanzas valencianas, la cháquera vella o el baile al estilo de Torrente, y las muchachas del Palmar danzaban ceremoniosamente, dándose la mano, cruzándose las parejas, como damas de empolvada peluca que se hubieran disfrazado de pescadores para bailar una pavana a la luz de las antorchas. Después venía el ú y el dos, baile más vivo, animado por coplas, y las parejas saltaban briosamente, promoviéndose una tempestad de gritos y relinchos cuando alguna muchacha, al girar como una peonza, mostraba sus medias bajo la ondeante rueda de los zagalejos».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Un baile en la huerta

Gómez Durán

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