«Al día siguiente, cuando las campanas comenzaban a voltear el toque de gloria, cuando se disparaban tiros en las calles y los muchachos aporreaban las puertas con garrotes, la Garbosa, aquella ruina del mar, aparejada como una barca pescadora, extendía su gran vela latina, blanca, fuerte y nueva, y se alejaba de la playa del Cabañal; contoneábase pesadamente sobre las olas como una belleza arruinada que oculta su vetustez, marchando en busca de la última conquista».
Flor de mayo
Vicente Blasco Ibáñez
Disparo de una traca el Sábado de Gloria en la Plaza de la Virgen
La Semana Gráfica. 14 de abril de 1928
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