«El patrón, antes de llegar al puente del Mar, hablaba ya de su barca, de aquella Flor de Mayo, por la cual hasta se olvidaba de Dolores y su Pascualet.
Al día siguiente comenzaba la pesca del bou y salían todas las barcas. Ahora se vería de lo que era capaz la suya. ¡Barca más hermosa!... El día anterior la habían arrastrado los bueyes al agua, y ahora estaba en el puerto confundida con las demás. ¡Pero qué diferencia, chica! Llamaba la atención, lo mismo que una señorita de Valencia metida entre las zaparrastrosas de la playa».
Flor de mayo
Vicente Blasco Ibáñez
Arrastrando la barca
Cortesía de José Navarro Escrich
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