«En la playa organizábase un mercado, donde a fuerza de gritos, manoteos e insultos, se realizaban las ventas.
Las amas de barca regateaban y reñían detrás de sus repletas banastas con todo el rebaño vociferante que había de revender el pescado al día siguiente en Valencia, y cuando llegaba el ajuste por arrobas recrudecíanse los insultos, discutiendo si habían de entrar las piezas gordas o la morralla. Dos capazos pendientes de cuerdas y unos cuantos guijarros enormes servían de balanza y pesas, y nunca faltaba algún chico del pueblo de la clase de leídos que se prestaba a ser secretario de las amas, llevando en un papel la cuenta de las ventas».
Flor de mayo
Vicente Blasco Ibáñez
Pescaderas
?
No hay comentarios:
Publicar un comentario