«Llegaban las barcas plegando las enormes velas y quedaban quietas y balanceantes a pocos metros de la orilla.
A cada pareja agolpábase la multitud en el límite de las olas, arremolinábanse las faldas de sucio percal, las caras rojas y las cabelleras de Medusa, gritando, increpándose, discutiendo para quién sería el pescado. Arrojábanse de las barcas los gatos con agua a la cintura, formando larga fila, en la que iban interpolados los hombres y los cestos y avanzaban rectamente hacia la orilla, surgiendo poco a poco del manso oleaje, hasta que sus pies descalzos tocaban la arena seca, y las mujeres de los patrones se encargaban de la pesca para venderla».
Flor de mayo
Vicente Blasco Ibáñez
Sol de la mañana. 1901
Joaquín Sorolla y Bastida
Óleo. 81 x 128
Colección privada
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