jueves, 24 de marzo de 2022

La pobre Borda atendía a los quehaceres del hogar con la precocidad de las criaturas desgraciadas

«Cuando murió la madre pareció renacer el antiguo afecto entre el abuelo y su hijo. El tío Paloma lamentó la ausencia de aquel ser dócil que sufría en silencio todas sus manías; sintió crearse el vacío en torno de él y se agarró al hijo, poco obediente a su voluntad, pero que jamás osaba contradecirle en su presencia.

Pescaron juntos, lo mismo que en otros tiempos; iban algún rato a la taberna como camaradas, mientras en la barraca la pobre Borda atendía a los quehaceres del hogar con la precocidad de las criaturas desgraciadas».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



El Palmar. Circa 1915

Baldomer Gili Roig

Museu d'Art Jaume Morera

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