«La Flor de Mayo tendióse de costado sobre el agua, como si una mano poderosa, agarrando su quilla, pugnase por voltearla. El agua invadió la cubierta, y la gigantesca vela se extendió como una sábana sobre las olas, aleteando, volviendo a caer como un pájaro moribundo.
Esta caída de lado, que iba a hacerles zozobrar, fue obra de un instante: el primer impulso del vendaval que, pillando de lleno la tendida vela, la aplastó sobre el agua, tumbando a la barca.
El tío Batiste y el Retor, arrastrándose por la cubierta, llegaron hasta el mástil, y deshaciendo el nudo de las jarcias, arriaron la vela».
Flor de mayo
Vicente Blasco Ibáñez
Dos marineros en cubierta
Óleo. 24,8 x 36,8
Joaquín Sorolla y Bastida
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