jueves, 19 de mayo de 2022

Sus antiguos amigos de Argel le enviaban con puntualidad los cargamentos

«Las cosas marchaban bien. En la playa todos eran ciegos, gracias a la buena maña del tabernero. Sus antiguos amigos de Argel le enviaban con puntualidad los cargamentos, y el negocio rodaba tan suavemente, que Cañamel, a pesar de que correspondía con extraordinaria generosidad al silencio de los que podían perjudicarle, prosperaba a toda prisa. Al año de estar en el Palmar ya había comprado tierras de arroz y tenía en el piso alto de la taberna su talego de plata para sacar de apuros a los que solicitaban préstamos».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez


Los contrabandistas. 1919

Óleo

Joaquín Sorolla y Bastida

Colección privada

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