Finca "La Malvarrosa". Tercera parte
«En 1939 tuvimos que exiliarnos. El Tribunal de Responsabilidades Políticas se incautó de todos nuestros bienes,dejando, inexplicablemente, libre «La Malvarrosa». Hasta que un día de 1941 fue a ver a mi yerno Vicente Asensi Genovés, un delegado de Flechas Navales, a pedirle que le alquilara o cediera «La Malvarrosa» para instalar allí la Escuela de dichas Flechas Navales. Mi hijo político le hizo saber que aquella finca era para recreo de la familia y que nunca se había pensado en alquilarla a nadie.
Escuela de los Flechas navales en el chalet de Blasco
ABC. 15 de agosto de 1945
A los pocos días, el gobernador de Valencia, señor Planas de Tovar, al cual eI pueblo le puso por mote «Ganas de Estorbar», mandó llamar a mi hijo. En aquella época, todo aquel que no era adicto al régimen franquista sabía que una llamada de esta clase suponía una detención y no había más que resignarse, pues era imposible la huida. Así, pues, temiendo lo peor, se personó en el despacho del gobernador, el cual lo recibió con gran violencia, teniendo encima de la mesa del despacho una cachiporra y un «boxer», y ante el asombro de mi yerno, que era completamente apolítico, le reprochó el que se hubiera opuesto a los grandes designios del glorioso Movimiento y, por tanto, quedaba arrestado en los calabozos.
Acto conmemorativo del IV Centenario de Luís Vives, organizado por el Instituto de España, celebrado en el Salón de plenos del Ayuntamiento de Valencia. 03/06/40. El gobernador Tovar, segundo por la izquierda
http://www.unav.es/
Allí permaneció varias semanas, a donde iba mi hija diariamente a llevarle la comida, sin comprender el porqué de la detención de su marido. Llevaban casados diecisiete días. Uno de ios guardias de la puerta, quizá cumpliendo órdenes o quizá compadecido de su afligida juventud, te dijo confidencialmente a mi hija que, mientras no entregase la llave de «La Malvarrosa», no soltarían a su marido y que pasado un tiempo reglamentario deberían trasladarlo de los calabozos de Gobernación a la cárcel, donde quedaría fichado y sería más difícil el sacarlo. Como es natural, mi hija, al día siguiente, entregó la llave en la secretaría de Gobernación, en donde con rabia la tiró encima de la mesa diciendo que se negaba a firmar ningún documento.
Fachada principal del chalet de la Malvarrosa
http://www.cervantesvirtual.com/
Días después fue puesto en libertad mi hijo, digo mi hijo, pues así lo consideré siempre y lo quise tanto o más que a mis propios hijos; cumpíió el resto de la condena en su domicilio y teniendo que pagar una multa de 5.000 pesetas, que en aquel tiempo era una cantidad respetable, teniéndose que empeñar por no disponer de recursos económicos.
Todo esto quedó reflejado en la Prensa de la época, y el suelto entonces publicado decía que al señor Vicente Asensi se le multaba con 5.000 pesetas por haber hablado mal del Movimiento».
Libertad Blasco - Ibáñez Blasco
Revista "Blanco y negro". 19 de octubre de 1977
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