martes, 2 de julio de 2019

Descendió a la vida embrutecedora y fatigosa de pescadera de las más pobres

«Pasó un año de felicidad. El dinero, amasado ochavo sobre ochavo en la mísera tiendecita donde nació Rosario, escapábase locamente por entre los dedos de Tonet; pero llegó el momento de verle el fondo al saco, como decía la tabernera de la playa al reprender las prodigalidades de su hijo. 

Comenzaron los apuros, y con ellos la discordia, el llanto y hasta las palizas en casa de Tonet. Ella se agarró a la cesta del pescado, como lo hacían todas las vecinas. De su fama de rica descendió a la vida embrutecedora y fatigosa de pescadera de las más pobres. Levantábase poco después de media noche; esperaba en la playa con los pies en los charcos y el cuerpo mal cubierto por el viejo mantón, que muchas veces ondeaba con el viento de tempestad; iba a pie á Valencia, abrumada por el peso de las banastas; volvía por la tarde a su casa desfallecida por el hambre y el cansancio, pero se tenía por feliz si podía mantener al señor en su antiguo boato y evitarle toda humillación que se tradujera en maldiciones y alborotos».

Flor de mayo

Vicente Blasco Ibáñez



Pescadora valenciana. 1900

Joaquín Sorolla y Bastida

Colección privada

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