«Ya era hora, ¡rediel! No le verían más como marinero ni patrón alquilado; sería amo de barca, y como distintivo de su rango plantaría a la puerta de su casa el mástil más alto que encontrase para secar en la punta sus redes.
Señores, sépanlo todos: el Retor hace una barca; Dolores la guapa, si va a la Pescadería ahora que es rica, venderá el pescado propio».
Flor de mayo
Vicente Blasco Ibáñez
Pescadería en el Mercado Central. 1958
Cortesía de José Navarro Escrich
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