«A las tres de la tarde entró doña Manuela en la plaza del Mercado, envuelto el airoso busto en un abrigo cuyos faldones casi llegaban al borde de la falda, cuidadosamente enguantada, con el limosnero al puño y velado el rostro por la tenue blonda de la mantilla.
Tras ella, formando una pareja silenciosa, marchaban el cochero y la
criada: un mocetón de rostro carrilludo y afeitado que respiraba brutal
jocosidad, luciendo con tanta satisfacción como embarazo los pesados
borceguíes, el terno azul con vivos rojos y botones dorados y la gorra
de hule de ancho plato, y a su lado una muchacha morena y guapota, con
peinado de rodete y agujas de perlas, completando este tocado de la
huerta su traje mixto, en el que se mezclaban los adornos de la ciudad
con los del campo.
El cochero, con una enorme cesta en la mano y una espuerta no menor a la
espalda, tenía la expresión resignada y pacienzuda de la bestia que
presiente la carga. La muchacha también llevaba una cesta de blanco
mimbre, cuyas tapas movíanse al compás de la marcha, haciendo que el
interior sonase a hueco; pero no se preocupaba de ella, atenta
únicamente a mirar con ceño a los transeúntes demasiado curiosos o a
pasear ojeadas hurañas de la señora al cochero o viceversa. Cuando,
doblando la esquina, entraron los tres en la plaza del Mercado, doña
Manuela se detuvo como desorientada».
Arroz y tartana
Vicente Blasco Ibáñez
Plaza del Mercado
Valencia en 1888
Ajuntament de València
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