martes, 3 de noviembre de 2020

El nieto se aproximaba al tío Paloma, como si le atrajese el buen olor de su caldero

«Tono dejaba hacer su voluntad al padre. No había que pensar en someter al viejo, y el aislamiento continuaba entre él y la familia. El pequeño Tonet era el único lazo de unión. Muchas veces el nieto se aproximaba al tío Paloma, como si le atrajese el buen olor de su caldero.

— ¡Tin, pobret, tin! —decía el abuelo con cariñosa lástima, como si lo viese en la mayor miseria. 

Y le regalaba un muslo de fúlica, grasiento y estoposo sonriendo al ver cómo lo devoraba el pequeñuelo. 

Cuando arreglaba algún all y pebre con sus viejos amigotes en la taberna, se llevaba al nieto sin decir palabra a los padres».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez

 
Comiendo en la barca. La Albufera 

http://juanansoler.blogspot.com.es/

 

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