«Tono ansiaba cumplir los deseos de su mujer. No le disgustaba una niña en la casa; serviría de ayuda a la enferma. Y los dos hicieron un viaje a la ciudad, trayendo de allá una niña de seis años, una bestezuela tímida, arisca y fea, que sacaron de la casa de expósitos. Se llamaba Visanteta, pero todos, para que no olvidase su origen, con esa crueldad inconsciente de la incultura popular, la llamaron la Borda».
Cañas y barro
Vicente Blasco Ibáñez
Lavando en La Albufera. Circa 1925
http://vicenticoaa.blogspot.com.es/2013/06/valencia-albufera.html
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