«Aquel año protegía Dios a los pobres.
Así lo decían las pobres mujeres del Cabañal, agrupándose por la tarde en la playa, dos días después de la salida de las barcas.
Volvían las parejas del bou rápidamente, viento en popa, y la rígida línea del horizonte aparecía dentellada por las innumerables aletas que se aproximaban a pares como palomas unidas por una cinta a flor de agua».
Flor de mayo
Vicente Blasco Ibáñez
Regreso de la pesca. 1900
Martín Vidal Romero
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