viernes, 7 de octubre de 2022

Bajo el cual cobijaba la vega sus rumorosas acequias y sus húmedos surcos

«Había llegado San Juan, la mejor época del año; el tiempo de la recolección y la abundancia.

El espacio vibraba de luz y de calor. Un sol africano lanzaba torrentes de oro sobre la tierra, resquebrajándola con sus ardorosas caricias. Sus flechas de oro deslizábanse por entre el follaje, toldo de verdura bajo el cual cobijaba la vega sus rumorosas acequias y sus húmedos surcos, como temerosa del calor que hacía germinar la vida por todas partes.

Los árboles mostraban sus ramas cargadas de frutos. Doblegábanse los nísperos con el peso de los amarillos racimos cubiertos de barnizadas hojas; asomaban los albaricoques entre el follaje como rosadas mejillas de niño; registraban los muchachos con impaciencia las corpulentas higueras, buscando codiciosos las brevas primerizas, y en los jardines, por encima de las tapias, exhalaban los jazmines su fragancia azucarada, y las magnolias, como incensarios de marfil, esparcían su perfume en el ambiente ardoroso impregnado de olor a mies».

La barraca

Vicente Blasco Ibáñez



Barracas en la huerta de Valencia

Barberá Masip

Bivaldi

1 comentario:

  1. Como describía Blasco Ibáñez, lo lees y a la vez lo estás viendo.

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