«En los domingos y fiestas de santos valencianos, que eran los primeros del cielo para el tío Caragol —San Vicente Mártir, San Vicente Ferrer, la Virgen de los Desamparados y el Cristo del Grao—, aparecía la humeante paella, vasto redondel de arroz, sobre cuya arena de hinchados granos yacían despedazadas varias aves. El cocinero sorprendía a su gente repartiendo cebollas crudas, voluminosas, de acre perfume que arrancaba lágrimas y una blancura de marfil. Eran un regalo de príncipe mantenido en secreto. No había mas que quebrarlas de un puñetazo para que soltasen su viscosidad, y luego se perdían en los paladares como bocados crujientes de un pan dulce y picante, alternando con las cucharadas de arroz».
Mare Nostrum
Vicente Blasco Ibáñez
Procesión de San Vicente Mártir, patrón de la ciudad de Valencia, años 20
La imagen y andas de plata desaparecieron en el 36, al fondo el antiguo Palacio Arzobispal incendiado en esa misma fecha
Que triste destino el del Palacio Arzobispal, bombardeado a principios del siglo XIX por los franceses y destruido en el XX en la aciaga guerra civil, solo lo supera la iglesia de la Compañía que también ha sido maltratada en más de una ocasión 😰😰
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