lunes, 29 de septiembre de 2025

Esperando los pájaros que escapasen ilesos de los buenos puestos

«Le abrió la tía de Neleta, y al reconocerle hizo un gesto de atención, designando con el rabillo del ojo a unos hombres sentados ante el hogar. Eran labradores de la parte de Sueca que habían venido a la tirada; antiguos parroquianos, que tenían campos cerca del Saler, y a los que no se podía despedir, so pena de inspirar sospechas. Habían cenado en la taberna y dormitaban junto al fuego, para montar en sus barquitos una hora antes de romper el día y esparcirse por el lago, esperando los pájaros que escapasen ilesos de los buenos puestos.

Tonet los saludó a todos, y después de cambiar algunas palabras sobre la fiesta del día siguiente, subió al dormitorio de Neleta».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



La Albufera. Caza de volátiles en el lago

Delcampe

sábado, 27 de septiembre de 2025

Era más de media noche cuando llegó al Palmar

«Era más de media noche cuando llegó al Palmar. Estaba fatigado, con los brazos rotos por el desesperado viaje, y deseaba encontrar tranquila la taberna para caer como un leño en la cama. Al amarrar su barquichuelo frente a la casa, la vio cerrada y silenciosa como todas las del pueblo, pero las rendijas de las puertas marcábanse con líneas de roja luz».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Una calle de El Palmar


jueves, 25 de septiembre de 2025

Había que atravesar toda la Albufera para ir al Palmar

«Antes de que el absorto Sangonera acabase de titubear, ya Tonet había montado en su ligero barquito y emprendía la marcha, perchando como un desesperado.

El viaje era largo. Había que atravesar toda la Albufera para ir al Palmar, y no soplaba viento. Pero Tonet sentíase espoleado por el miedo, por la incertidumbre, y su barquito resbalaba como una lanzadera sobre el obscuro tisú del agua, moteado por los puntos de luz de las estrellas».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Canal de La Albufera

Colección López Egea

martes, 23 de septiembre de 2025

Pero el hijo del lago se extrañó de que le propusieran tripular una barca

«Tonet pensó en ser sustituido por el vagabundo; pero el hijo del lago se extrañó de que le propusieran tripular una barca más aún que si el vicario del Palmar le invitase a pronunciar la plática del domingo. Él no servía para eso; además, no le gustaba perchar para nadie. Ya conocía su pensamiento: el trabajo era cosa del demonio.

Pero Tonet, impaciente y angustiado, no estaba para oír las tonterías de Sangonera. Nada de resistencias, o le aliviaba el hambre y la sed echándolo en el canal de una patada. Los amigos sirven para sacar de un apuro a los amigos. ¡Bien sabía perchar en barquitos ajenos cuando iba a meter sus uñas en las redes de los redolíns, robando las anguilas! Además, si tenía hambre, podía refocilarse como nunca en el cargamento de provisiones que aquel señor traía de Valencia. Al ver dudoso a Sangonera por la esperanza del hartazgo, acabó de decidirle con fuertes empujones, llevándolo hasta la barca del cazador y explicándole cómo había de disponer todos los preparativos. Cuando se presentase el amo, podía decirle que él estaba enfermo y lo había buscado como sustituto».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de TVE "Cañas y barro"

domingo, 21 de septiembre de 2025

Oyó que le llamaban. Era Sangonera. Tenía hambre y sed

«Tonet ya no estaba en el Saler. En el silencio del acto de la demaná le había acometido una angustia grande. Tenía ante sus ojos la imagen dolorida de Neleta retorciéndose con los sufrimientos, sola allá en el Palmar, caída en el suelo, sin encontrar quien la consolase, amenazada por la vigilancia de los enemigos.

No pudo resistir su pena y salió de la casa de la Demaná dispuesto a volver inmediatamente al Palmar, aunque esto le costase reñir con su abuelo. Cerca de la casa de los Infantes, donde estaba la taberna, oyó que le llamaban. Era Sangonera. Tenía hambre y sed; había rondado las mesas de los cazadores ricos sin alcanzar la más insignificante piltrafa; todo se lo comían los barqueros».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de TVE "Cañas y barro"

viernes, 19 de septiembre de 2025

Con los cuales podían ir los labradores en sus barquitos por toda la Albufera

«Terminada la designación se extendían las licencias de caza ambulantes para la gente menuda: unos permisos que sólo costaban dos duros y con los cuales podían ir los labradores en sus barquitos por toda la Albufera, a cierta distancia de los puestos, rematando los pájaros que escapaban del escopetazo de los ricos».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



La Albufera. 1935

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miércoles, 17 de septiembre de 2025

Se marcaban como indecisas manchas los blancos frontones de las barracas inmediatas

«La luz del farolón había sido aumentada con la de dos quinqués, colocados sobre la mesa del estrado. Detrás de la verja estaban los arrendatarios de la Albufera, y tras ellos, hasta la pared del fondo, los cazadores abonados perpetuamente al lago, que ocupaban este sitio por derecho propio. Al otro lado de la verja, llenando el portal y esparciéndose fuera de la casa, estaban los barqueros, los cazadores pobres, toda la gente menuda que acudía a las tiradas. Un hedor de mantas húmedas, de pantalones manchados de barro, de aguardiente y tabaco malo, esparcíase sobre el gentío que se estrujaba contra la verja. Las blusas impermeables de los cazadores resbalaban sobre los cuerpos cercanos con un chirrido que aguzaba los dientes. En el gran marco de sombra de la puerta abierta se marcaban como indecisas manchas los blancos frontones de las barracas inmediatas».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Barraca de Montoliú

El Saler

Todocolección

lunes, 15 de septiembre de 2025

Pensaba en Neleta; se la imaginaba encogida de dolor

«Tonet apenas comía, escuchando como a través de un sueño los gritos y risas de aquella gente, la regocijada protesta con que acogían las mentirosas hazañas de los cazadores fanfarrones. Pensaba en Neleta; se la imaginaba encogida de dolor en el piso alto de la taberna, revolcándose en el suelo, ahogando sus rugidos, sin poder gritar para alivio de su sufrimiento».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de TVE "Cañas y barro"


sábado, 13 de septiembre de 2025

El tío Paloma estaba allí, en su calidad de barquero venerable

«El tío Paloma estaba allí, en su calidad de barquero venerable, bromeando con los cazadores famosos, fanáticos del lago a los que conocía medio siglo. Eran la aristocracia de la escopeta. Los había ricos y pobres: unos eran grandes propietarios y otros carniceros de la ciudad o labradores modestos de los pueblos inmediatos. No se veían ni se buscaban en el resto del año, pero al encontrarse en la Albufera todos los sábados, en las pequeñas tiradas, o al juntarse en las grandes, se aproximaban con cariño de hermanos, se ofrecían el tabaco, se prestaban los cartuchos y se oían mutuamente, sin pestañear, los estupendos relatos de cacerías portentosas verificadas en los montes durante el verano».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de TVE "Cañas y barro"

jueves, 11 de septiembre de 2025

Habían establecido sus mesas de garbanzos tostados

«Entre las casas del Saler, algunas buenas mozas de la ciudad habían establecido sus mesas de garbanzos tostados y turrones mohosos, alumbrándose con bujías resguardadas por cucuruchos de papel. En las puertas de las barracas, las mujeres del pueblo hacían hervir las cafeteras, ofreciendo tazas «tocadas» de licor, en las cuales era más la caña que el café; y una población extraordinaria discurría por el pueblo, aumentada a cada momento por los carros y tartanas que llegaban de la ciudad».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Porrat en la Festividad de San Vicente de la Roqueta

martes, 9 de septiembre de 2025

Se ocultaban los cazadores para disparar a los pájaros

«En la replaza del canal que llamaban el Puerto, agolpábanse a docenas los negros barquitos, sin espacio para moverse, haciendo crujir sus delgadas bordas unos contra otros y estremeciéndose con el peso de enormes cubos de madera que habían de fijarse al día siguiente sobre estacas en el barro. En el interior de estos cubos se ocultaban los cazadores para disparar a los pájaros».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Puesto de pesca en La Albufera


domingo, 7 de septiembre de 2025

Al cerrar la noche, Tonet llegó al Saler

«El Cubano aceptó con resignación el ruego de su abuelo. Pensó, además, que Neleta podría esperar. Hacía tiempo que la alarmaban falsos dolores y la crisis del momento sería igual a las otras.

Al cerrar la noche, Tonet llegó al Saler. Como barquero, debía asistir a la demaná, presenciando con su cazador la distribución de los puestos.

El caserío del Saler —lejos ya del lago, al extremo de un canal por la parte de Valencia— presentaba un aspecto extraordinario con motivo de las grandes tiradas».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Puerto del Saler. Años 40

Cortesía de Fang Xu

viernes, 5 de septiembre de 2025

Fue interpretada como un desprecio por el viejo, que se mostró furioso

«Pero su lacónica negativa fue interpretada como un desprecio por el viejo, que se mostró furioso. ¡Cómo ahora era rico, se permitía despreciar a su pobre abuelo, dejándolo en una situación ridícula! Él lo toleraba todo; había sufrido su pereza cuando explotaban el redolí; cerraba los ojos ante su conducta con la tabernera, que no honraba mucho a la familia; ¿pero dejarle en un apuro que él consideraba como de honor? ¡Cristo! ¿Qué dirían de él sus amigos de la ciudad cuando viesen que en la Albufera, donde le  creían el amo, no encontraba un hombre para servirles? Y su tristeza era tan grande, tan visible, que Tonet se arrepintió. Negar su auxilio en las grandes tiradas era para el tío Paloma un insulto a su prestigio y al mismo tiempo algo así como una traición a aquel país de cañas y barro donde habían nacido».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Fotograma de la serie de TVE "Cañas y barro"

miércoles, 3 de septiembre de 2025

Aquel año la Albufera iba a tener más escopetas que pájaros

«La víspera de la tirada, Tonet vio entrar a su abuelo en la taberna. Venía en su busca. Aquel año la Albufera iba a tener más escopetas que pájaros. Él ya no sabía de dónde sacar barqueros. Todos los del Saler, los de Catarroja y aun los del Palmar estaban comprometidos; y ahora, un antiguo parroquiano, a quien nada podía negar, encargábale un hombre y un barquito para un amigo suyo que cazaba por primera vez en la Albufera. ¿Quería ser Tonet ese hombre, sacando a su abuelo de un compromiso?

El Cubano se negó. Neleta estaba mala. Por la mañana había abandonado el mostrador, no pudiendo resistir los dolores. El momento tan temido sobrevendría tal vez muy pronto, y necesitaba estar en la taberna».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Caza en La Albufera

lunes, 1 de septiembre de 2025

Escaseaban los barquitos y los barqueros para el servicio de los cazadores

«Escaseaban los barquitos y los barqueros para el servicio de los cazadores. El tío Paloma, conocido tantos años por los aficionados, no sabía cómo atender a las demandas. Él estaba enganchado desde mucho tiempo antes a un señor rico que pagaba espléndidamente su experiencia de las cosas de la Albufera. Mas no por esto los cazadores dejaban de dirigirse al patriarca de los barqueros, y el tío Paloma andaba de un lado a otro buscando barquitos y hombres para todos los que le escribían desde Valencia».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Lago Albufera

Embarque Cazadores

Bivaldi