martes, 21 de febrero de 2017

Blasco Ibáñez por Eduardo Zamacois. Segunda parte

«Acaba de cumplir cuarenta y tres años. Es alto, ancho, macizo; su rostro, moreno y barbado, parece el de un árabe. Sobre la alta frente, llena de inquietudes y de ambición, los cabellos, que debieron de ser crespos y abundantes, resisten todavía á la calvicie; entre las cejas, la reflexión marcó hondamente su arruga imperiosa y vertical; grandes son los ojos y de mirar rectilíneo y franco; la nariz, aguileña, sombrea un bigote que cubre frondoso el misterio de una boca epicúrea y risueña, en cuyos gruesos labios sultanes tiembla la mueca de una sed insaciable.»

Mis contemporáneos

Eduardo Zamacois



Blasco Ibáñez pronunciando un discurso 
durante la
 inauguración de 
"El Asilo para Inválidos del Mar"


El Pueblo. 20 de febrero de 1911


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