«Lo que ya no le parecía tan claro a la gente es lo que diría el Menut , un chicuelo enteco y vicioso, empleado en el Matadero para repartir la carne: un pillete con la mirada atravesada y grandes tufos en las orejas, que siempre iba hecho un asco, y de quien se murmuraba si en distintas ocasiones había afanado borregos enteros».
¡Cosas de hombres!. Cuentos valencianos
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