«Juntábase con la pillería de la playa, un tropel de chicuelos que no sabían más de sus padres que los perros vagabundos que les acompañaban en sus correteos por la arena; nadaba como un pez, y en verano zambullíase en el puerto, mostrando con impudor tranquilo su cuerpo enjuto y rojizo para coger con la boca piezas de dos cuartos que le arrojaban los paseantes».
Flor de mayo
Vicente Blasco Ibáñez
Puerto de Valencia
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