«Influido por el respeto a sus antepasados, quería reventar de fatiga sobre sus terrones antes que consentir que una parte de ellos fuese cedida en arrendamiento a manos extrañas. Y no pudiendo con todo el trabajo, dejaba improductiva y en barbecho la mitad de su tierra feraz, pretendiendo con el cultivo de la otra mantener a la familia y pagar al amo.
Fué este empeño una lucha sorda, desesperada, tenaz, contra las necesidades de la vida y contra su propia debilidad».
La barraca
Vicente Blasco Ibañez
Barracas típicas de la huerta valenciana. Circa 1980
http://vicenticoaa.blogspot.com/
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