«Al ver llegar a su mujer con los ojos asombrados y el pobre pecho jadeante, Pimentó cambió de postura para escuchar mejor, recomendándole que no se aproximase a las varitas.
Vamos a ver: ¿qué era aquello? ¿Le habían robado la vaca?...
Pepeta, con la emoción y el cansancio, apenas pudo decir dos palabras seguidas.
Las tierras de Barret... Una familia entera... Iban a trabajar, a vivir en la barraca. Ella lo había visto.
Pimentó, cazador de pájaros con liga, enemigo del trabajo y terror de la contornada, no pudo conservar su gravedad impasible de gran señor ante tan inesperada noticia.
—Recontracordóns!...
De un salto puso recta su pesada y musculosa humanidad, y echó a correr, sin aguardar a oír más explicaciones».
La barraca
Vicente Blasco Ibañez
La barraca valenciana
Todocolección
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