miércoles, 8 de julio de 2020

Al cantar el sereno las once

«Y a esta hora de digestión líquida, al cantar el sereno las once y estar los corrillos más animados, era cuando, a lo lejos, la difusa luz de los faroles marcaba algo que se aproximaba balanceándose, trazando zigzags como una barca sin timón, echando la pesada ancla en cada esquina».

¡Cosas de hombres! 

Cuentos valencianos

Vicente Blasco Ibáñez


Serenos oyendo el parte antes de salir en la ronda nocturna de vigilancia por las calles de Valencia, y para la apertura de las puertas de los edificios de aquellos ciudadanos que lo necesitaban

Están situados en la casa de Socorro que había en la calle de Colón nº 41 actual

http://valenciadesaparecida.blogspot.com.es/

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